El sindicalista Julio González Insfrán, titular del Centro de Patrones, tiró el baldazo de agua fría: “Los trabajadores y los armadores somos prisioneros de una interna entre los astilleros”, señaló.
El sindicalista Julio González Insfrán, titular del Centro de Patrones, tiró el baldazo de agua fría: “Los trabajadores y los armadores somos prisioneros de una interna entre los astilleros”, señaló.
La interna a la que se refería el capitán González Insfrán remite al sinuoso camino que recorre desde hace prácticamente un año el proyecto de ley para reactivar la bandera argentina en el transporte fluvial y el cabotaje marítimo, por un lado, y la industria de construcción y reparaciones navales, por el otro, para así visualizar en un futuro la posibilidad de volver a participar del transporte internacional de mercaderías.
Sucede que dos diputados del Frente Para la Victoria, Gustavo Martínez Campos y Gastón Harispe, impulsan sendos proyectos de ley con sensibles diferencias en cuanto a los beneficiarios de los regímenes de promoción que se sancionen y, sobre todo, respecto de las fuentes de financiamiento necesarias para apalancar las colosales inversiones que requieren ambas industrias.
El primero propone dos leyes diferentes: arrancar con una ley de marina mercante para regenerar la flota, y continuar con la ley de industria naval para reforzar el plantel de embarcaciones de bandera argentina. Propone, además, que un porcentaje del flete internacional se destine al financiamiento del sector.
El segundo, en tanto, quiere una única ley con alrededor de 70 artículos y varias exclusiones (los buques de pesca, razón de ser de los astilleros marplatenses, y los astilleros y armadores con más de un 51% de capitales extranjeros). Asimismo, pretende que se destinen partidas del presupuesto para solventar las inversiones.
Martínez Campos trabaja de la mano del secretario de Transporte, Alejandro Ramos. Harispe, a su vez, lo hace apadrinado por el subsecretario de Puertos y Vías Navegables, Horacio Tettamanti, subalterno de Ramos.
Tettamanti tiene amplio apoyo político y muchos intereses en juego: es dueño de astilleros. El Ejecutivo aún no dio respuesta a los pedidos de informes sobre presunta incompatibilidad en la que incurriría Tettamanti en el ejercicio de sus funciones, y en su prédica por imponer una ley que beneficiará directamente su actividad privada. En la misma Cámara de Diputados que tratará el proyecto del cual él es autor intelectual se acumulan pedidos de informes sobre su gestión. (Por Emiliano Galli; LaNacion)
15/10/14