Entrevista a Javier Corcuera, Presidente de la Agencia de Protección Ambiental del Ministerio de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Entrevista a Javier Corcuera, Presidente de la Agencia de Protección Ambiental del Ministerio de Ambiente y Espacio Público del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Es necesario hablar de una nueva cultura que, aceptando el consumo, haga que el consumidor actúe cada vez más como ciudadano. La conformación de la Megaciudad de Buenos Aires plantea desafíos económicos, políticos, culturales y también logísticos. Corcuera explica este concepto y algunas acciones del actual Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires para lograr la nueva conciencia socio política a la que necesariamente conducen los problemas ambientales.
Buenos Aires Megaciudad
Se define como megaciudades a las ciudades con más de diez millones de habitantes, como por ejemplo Tokio, San Pablo, México DF y Buenos Aires, por supuesto. Pero, si observáramos al planeta de noche y desde un satélite, veríamos por la expansión de la luminosidad la forma en que estas mega ciudades se van fusionando con ciudades de su periferia.
Es lo que en algún momento ocurrirá entre Rosario y Buenos Aires, o entre La Plata y Buenos Aires. Esto llevará a una nueva escala de la ciudad que requerirá una planificación con desafíos enormes: el adecuado manejo de la energía, la cuestión de los residuos, el agua, etc. Existen muchas preguntas que se plantean y queremos empezar a instalar el concepto que, más allá de las jurisdicciones, necesitamos brindar respuestas a dichas realidades que surgen de la mirada satelital.
Esto depende de oleadas de inmigración en los puntos intermedios y de asentamientos: cuanto más rápido crezca la zona de Campana-Zárate, más rápido ocurrirá esa fusión. Hace bastante tiempo que el área de Campana–Zárate dejó de ser el “campo argentino” que tenía los mejores suelos del país aptos para la agricultura. Esos suelos fueron utilizados para realizar ladrillos para la construcción.
Debemos desarrollar una planificación conjunta que debe empezar cuanto antes. Los especialistas en migración urbana todavía insisten lógicamente en la gran importancia de desacelerar ese proceso de modo que no surja más marginación alrededor de esa mega ciudad y que sea más humana. Esto también va a requerir mirar cómo se están manejando las cosas en términos de agua y energía en otras partes del mundo.
Son los nuevos desafíos de un planeta que es cada vez más chico, más urbano y regido cada vez más por las ciudades. En Europa, si se dialoga con los gobernadores, uno puede sentir que los grandes ejes de sus discusiones remiten a cuáles son las áreas en las que diferentes tipos de ciudades interactúan y forman grandes alianzas.
Por ejemplo, el caso de Milán-Barcelona para el diseño. Las grandes ciudades en Europa tienen más proactividad en sus alianzas y muchas directivas de la Unión Europea se refieren al trabajo y a la vocación del desarrollo de grandes ciudades en relación con otras grandes ciudades. En relación a esto, en el Mercosur, nos falta hacer un gran camino.
Nosotros todavía estamos en la discusión del nivel de naciones, cuando no vemos dichas realidades que nos sobrepasan debido a que son transversales y aquí, jefes de gobierno de ciudades, intendentes y gobernadores, van a tener que adoptar otra mentalidad y otra forma de enfocar la realidad cotidiana.
En vez de solicitar continuamente más fuentes de energía para el enorme cúmulo de gente e industrias que consumen día a día, hay que pensar si desde las mismas ciudades se pueden brindar soluciones. Esta respuesta ya comienza a surgir desde algunas ciudades de avanzada. En la costa oeste de Estados Unidos, más precisamente en California, hay edificios que producen su propia energía y hasta generan de más, para poder tener una red. Y ahí nace la discusión de la red inteligente energética, que todavía está lejos de nuestro país.
Desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, queremos mostrar que también es posible no despilfarrar. Aproximadamente hasta un 30% de la energía que utilizamos, tanto en industrias, sector privado y gubernamental, podría ser ahorrado debido a que hoy en día, lo despilfarramos.
Hace un mes, realizamos junto al ministro Diego Santilli, un interesante experimento organizado por el Ministerio, que consistía en reducir el despilfarro de la energía en la iluminación de un parque público. Encontramos que, cada noche, se podía evitar el despilfarro del equivalente a 44 frezzer, solamente poniendo un aparato que evitaba que los picos de alta tensión se tradujeran en picos de exceso de iluminación.
Este tipo de técnica y tecnología la queremos expandir y seguir probando. Nos hemos dado cuenta que, luego de un año de mediciones, no es lo mismo reducir el despilfarro de energía eléctrica en una escuela, que reducirlo en un hospital o en un edificio de oficinas.
Los rubros donde hay que trabajar son distintos y es muy importante que, en cada edificio o casa, haya un responsable del manejo de la energía más sostenible. Es muy importante empezar a darse cuenta que en un país cuya matriz energética requiere una mayor inversión pero, al mismo tiempo, quiere que gran parte de su producción vaya a la industria, es necesario no despilfarrar lo que tenemos de energía, siempre apostar a más inversiones y a la eficiencia energética.
El EcoBus
Los buses híbridos ya existen en algunos lugares del mundo. En Buenos Aires, el primer prototipo ha sido desarrollado de manera local, a diferencia de los que se realizaron en algunos lugares del planeta. A través de un acuerdo con la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata , la empresa T.A.T.S.A, la Cámara de Autotransporte de Pasajeros y el Ministerio de Ambiente y Espacio Público, se desarrolló este prototipo que ya está listo para andar, con buenos resultados, que reduce un 40% los gases de efecto invernadero y otros contaminantes, y que cuando funcione por el Microcentro lo hará a electricidad en un 100%, es decir, cero emisiones y más ecológico.
Para que el Ecobus llegue a la calle, es necesario un proceso de habilitaciones que está en proceso de finalización. La ciudad ha invertido un monto importante en este proyecto y quiere seguir trabajando junto al sector privado para obtener estas soluciones que forman parte de la lucha contra el cambio climático, en donde todos debemos participar, y en la mejora de la calidad de vida porque es una unidad silenciosa, tranquila y de andar mucho más suave que las unidades a las que estamos acostumbrados.
En esta primera fase, el prototipo será asignado a las líneas 61 y 62 que son las únicas que realizan su recorrido íntegro por la ciudad sin salir de ella, pero, por supuesto, tenemos un parque automotor de 1600 colectivos en la ciudad de Buenos Aires y entre los que entran, salen y atraviesan el conurbano son alrededor de 9500. Hacer ese cambio va a llevar tiempo.
Queremos incorporar un total de cinco unidades como una primera etapa para los próximos seis u ocho meses, que nos permita tener en funcionamiento un mínimo para testear. A partir de ese momento, pasaremos a un siguiente paso donde se alcanzará una escala distinta que salga de lo experimental.
Hay que tener en cuenta que esta es una tecnología desarrollada íntegramente en Argentina y que tiene diferencias con la del extranjero. Una de las diferencias importantes es que el chofer puede decidir pasar a 100% eléctrico y, en ésta decisión esencial que se traduce en un andar ecológico adentro del microcentro, es un tipo de manejo distinto al típico que se realiza hoy en los colectivos. Se tendrá que cambiar la cultura por parte de los choferes. En otros lados del mundo es un sistema automático.
Además, la idea es que se utilice la energía perdida en el frenado. El motor eléctrico permite la regeneración de energía durante el proceso de frenado. Éste recarga la batería que se encuentra arriba del colectivo ecológico y, cuando se frena, el proceso permite recomponer la cantidad de energía disponible. Los frenados serán más suaves y más duraderos.
La tecnología fue desarrollada íntegramente en nuestro país y con el objetivo de generar capacidad propia para poder ir mejorando. Hay buses muy sofisticados en otros países, pero también creemos que los argentinos estamos capacitados para desarrollar este tipo de tecnología. Esa fue la apuesta del gobierno de la ciudad de Buenos Aires.
El Reciclado de Pilas
Yo no quiero hacer críticas a gestiones anteriores, pero cuando asumí, y a poco de asumir el ministro Santilli, nos encontramos con una convocatoria que había realizado la Agencia de Protección Ambiental para que la gente pudiera juntar sus pilas y entregarlas al gobierno.
Se recolectaron cerca de diez toneladas a lo largo de dicha convocatoria. En ese momento, se pensó en enviarlas a rellenos sanitarios pero no fue posible porque la provincia de Buenos Aires se opuso y también la de Córdoba, lugar donde también se planteaba depositarlas. Ahí surgió el problema. El gobierno empezó a guardar sus pilas y tuvo que esperar para destrabar la situación. Luego de ciertos reclamos sociales que surgieron y teniendo en cuenta además, el concepto importante es la responsabilidad extendida del producto, donde el productor se tiene que empezar a hacer responsable de lo que fabrica, de su desecho, y porque tiene que controlar la vida útil total del producto y no solamente el momento en que lo vende.
En consonancia con el reclamo social, en esta nueva gestión adherimos al concepto de incorporar rápidamente la idea de la responsabilidad extendida del producto sobre los productores de pilas y baterías. Y los hemos invitado a pensar en la seria posibilidad de elaborar un convenio para que ellos sean los que resuelvan este problema de las diez toneladas, bajo nuestra tutela y supervisión. Hay que realizar varios trámites pero ya estamos llegando a un acuerdo por el cual esas diez toneladas van a ser exportadas que es lo único que nos queda por hacer, ya que en las provincias que nos rodean no es posible gestionarlas.
Las vamos a exportar pero, según lo permite la Convención Internacional de Basilea, no como relleno sino para su reciclado. Este es el futuro que queremos para las pilas en Argentina, a través de charlas con el sector empresario y con los partidos políticos, porque queremos que exista una sintonía en la visión de dejar de enviar las pilas a rellenos sanitarios y empezar a trabajarlas para su reciclado.
Una nueva cultura
Es necesario hablar de una nueva cultura que, aceptando el consumo, haga que el consumidor actúe cada vez más como ciudadano.
Y entonces nace un consumidor responsable que tiene que tener en cuenta cuales son las opciones de mayor responsabilidad, las opciones para que sepa de donde viene ese producto, adonde va, y como termina. Esa nueva forma de consumir implica informarse más y saber actuar en el momento.
En el caso de los residuos sólidos urbanos, nos quejamos mucho de cómo está la basura pero lo cierto es que en el Ministerio de Ambiente y Espacio Público están removiendo y avanzando en una separación de pliegos de licitación que permite recoger la basura orgánica separada de todos aquellos residuos que son reciclables, los secos, y que estarían a cargo de las cooperativas de recicladores.
Este cambio es muy importante, porque incorpora a gente que hasta ahora actuaba marginalmente en el sistema, requiere organización y brinda una solución ambiental a un problema en aumento. Estos son desafíos culturales, porque el vecino y el cartonero tienen que empezar a mirarse, respetarse y aceptarse de un modo distinto, y conversar sin negativas de ambos lados.
Acerca de la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Es una entidad autárquica en el ámbito del Ministerio de Ambiente y Espacio Público de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires o del organismo que en el futuro lo reemplace, con la organización y competencias determinadas en la presente ley en las materias de Política Ambiental, sin perjuicio de las funciones de superintendencia general y el control de legalidad que ejercerá el Ministerio precitado.
La Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires tiene como objeto proteger la calidad ambiental a través de la planificación, programación y ejecución de las acciones necesarias para cumplir con la Política Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires.
Se define como el Ambiente a un sistema de relaciones de alta complejidad entre sus dos subcomponentes constitutivos, el natural (agua, aire, suelo, biota, patrimonio natural) y el antrópico (socio, económico, cultural) en el que la variación de uno solo de sus factores provoca reacciones en cadena que modifican su estado equilibrio.
Se entiende por Política Ambiental al conjunto de instrumentos de gestión para preservar la salud y el ambiente de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. La misma debe considerarse como Política de Estado a los fines de un desarrollo sustentable y perdurable en el tiempo. Las herramientas para la gestión ambiental son, entre otras: La evaluación de impacto ambiental. El sistema de control sobre el desarrollo de las actividades antrópicas. La educación ambiental. La elaboración e implementación de planes de producción limpia para la comunidad regulada. El sistema de diagnóstico e información ambiental. El régimen económico de promoción del desarrollo sustentable.
30/10/10
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