Asombrosa designación ministerial

Se supone que la idoneidad es un requisito esencial cuando se trata de designar a una persona para determinadas funciones, tanto sea en la actividad pública como privada.

Se supone que la idoneidad es un requisito esencial cuando se trata de designar a una persona para determinadas funciones, tanto sea en la actividad pública como privada.Se supone. Porque si se designa al frente de un ministerio del gobierno nacional a alguien que, unas semanas antes, se declaró públicamente incapaz de ejercer esas funciones, el asunto es harto preocupante. Y demostrativo de que, por encima de la idoneidad, se tienen en cuenta otros atributos, seguramente basados en la consecuencia con determinadas ideas, aunque se haya dado un salto de una a otra fracción del peronismo.

Esto es lo que acaba de suceder con la designación del señor Norberto Yauhar, quien termina de convertirse en ministro de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos de la Nación, luego de haber ocupado la subsecretaría de Pesca. Aunque oriundo de General Roca, su actividad pública y política se desarrolló en el Chubut, donde, tras haber sido funcionario del ex gobernador Mario Das Neves, prefirió dar un salto y alinearse detrás del kirchnerismo, en representación del cual pretendió infructuosamente que el electorado lo consagrara intendente municipal de Trelew.

En una entrevista periodística que LU20 Radio Chubut, de aquella ciudad, difundiera un par de meses atrás, el funcionario en cuestión fue preciso cuando admitió: “El cargo me queda grande”. Así respondió cuando el cronista le preguntó si era candidato a ocupar el ministerio que, finalmente, lo tiene hoy como titular. “Lo que uno no puede hacer en la vida de la política es ser aventurero”, agregó, con toda la apariencia de no dejar dudas de que si el ofrecimiento hubiera existido por entonces, lo habría desechado por aquellos motivos.

Según una crónica de nuestro colega “La Nación” , en el ambiente de la pesca, es difícil encontrar elogios a la gestión de Yauhar en la subsecretaría. Por otro lado, un empresario que lo conoce desde hace varios años afirmó que el nuevo ministro “nunca vio una vaca”. La descripción podría parecer tan sintética como desmedida. Pero, al menos, permite deducir que sus conocimientos sobre la realidad agropecuaria argentina (y, por ende, internacional) no apuntalan sus aptitudes para ejercer semejantes responsabilidades.

La llegada de Yauhar al ministerio ocurre en momentos en que las relaciones del gobierno con el sector rural no tienden a mejorar, en virtud de la aplicación de determinados rumbos oficiales que el campo no admite, con el argumento de que se limitan las posibilidades de una libre comercialización y se cierran las exportaciones cuando existe en el mundo una extraordinaria demanda de alimentos. Después de todo, cabe preguntarse hasta dónde podrá llegar la participación activa del nuevo ministro en el tratamiento y resolución de los problemas inherentes al agro, mientras el secretario de Comercio Interior siga acumulando responsabilidades y poderes para definir rumbos y para decidir cuándo un agricultor puede vender su trigo.

14/12/11

LA NUEVA PROVINCIA

Compartir nota en redes...

Scroll al inicio