Estiman que la llegada del próximo submarino operativo para Argentina demoraría de cinco a seis años

Estiman que la llegada del próximo submarino operativo para Argentina demoraría de cinco a seis años

A más de dos años del naufragio del “San Juan”, el “Santa Cruz” fuera de servicio y el “Salta” esta limitado solo para instrucción en el muelle. La Fuerza de Submarinos de la Armada Argentina celebra sus 87 años de funcionamiento este jueves mientras avanza en la definición del requerimiento para una nueva generación de submarinos.

La última vez que Argentina había establecido un requerimiento técnico para incorporar una flota de submarinos que atienda a sus necesidades específicas había sido en 1973 para la contratación de un astillero alemán que diseñó y construyó el “San Juan” y el “Santa Cruz”.

El nuevo requerimiento mantiene la necesidad de unidades que puedan sostener patrullas de al menos tres meses en los 1.783.278 kilómetros cuadrados del Mar Argentino e incorpora casi cincuenta años de avances tecnológicos, especialmente en materia de procesamiento de datos, telecomunicaciones, electrónica y capacidad de motores y baterías.

El comandante del Área Naval Atlántica e inspector del Arma Submarina, comodoro de Marina Gabriel Eduardo Attis, es además el submarinista en actividad con mayor antigüedad en la Armada Argentina. El marino indicó que “Argentina celebra el ‘día del submarinista’ porque se cumplen 87 años de la llegada a la Base Naval de Mar del Plata de los sumergibles italianos clase ‘Tarantino’ que fueron la primera generación de submarinos argentinos”.

Attis dijo a Télam que “después del naufragio del submarino ‘San Juan’, el arma se encuentra en un período de estudio, evaluación, análisis de lecciones aprendidas y determinación de los distintos requerimientos para los nuevos submarinos”.

“Internamente le decimos ‘Plan Génesis’ y lo que hacemos es reevaluar toda la doctrina y procedimientos, especialmente en torno a la seguridad, y reveer todo lo que tenemos escrito para establecer cuáles son las condiciones que debe cumplir la sexta generación de submarinos de la Armada Argentina”, apuntó.

El militar afirmó que “la extensión del Mar Argentino hace necesario pensar en que la nueva generación de submarinos tenga una muy buena autonomía para patrullas de al menos 90 días, cuenten con propulsión diésel-eléctrica e idealmente se incorporen seis unidades para poder sostener su presencia en las tres grandes áreas focales estratégicas de nuestra plataforma marítima bajo la premisa de un submarino en patrulla y otro en alistamiento o reparaciones”.

“Hoy todos los submarinos utilizan pantallas digitales e intercambiables que facilitan la independencia de los sistemas de control; en la época en la que se diseñó la clase TR1700 a la que pertenecen el ‘San Juan’ y el ‘Santa Cruz’, los mástiles, la antena y el snorkel se operaban con tecnología hidráulica que ya está obsoleta porque hoy todo eso es eléctrico”, comentó.

El marino también puso como ejemplo que “las baterías, las de la clase TR1700, tienen celdas de plata y electrolitos; mientras que las de hoy son más estáticas y ofrecen mayor autonomía y poder de descarga”.

“La Argentina demostró con las sucesivas reparaciones de submarinos y la media vida del submarino ‘San Juan’ que en el astillero estatal Tandanor tiene todas las capacidades profesionales y conocimientos técnicos necesarios para encarar la construcción de submarinos a partir de la ingeniería que provea algún astillero del exterior, pero es fundamental evaluar las condiciones económicas a la hora de concretar el proyecto”, remarcó.

En ese sentido, el marino puntualizó que “para construir submarinos en Argentina primero hay que hacer una fuerte inversión para volver a poner en condiciones óptimas el astillero, comprar la maquinaria y entrenar al personal”. Y agregó: “Quizá, cuando llegue el momento, se pueda pensar en construir las primeras unidades en origen y luego completar la serie en el país”.

“La formalización del requerimiento técnico para la nueva generación de submarinos está prevista para ser presentada a las autoridades de la Armada y del Ministerio de Defensa a finales de este año, pero hay que ver si en este contexto particular de pandemia es posible sostener ese calendario”, estimó.

“El submarino es la única arma estratégica de la que puede disponer Argentina, y es la que le permite hacer un control silente del mar sin ser detectado pudiendo desplegarse en cualquier lugar que sea necesario; y tiene en cuenta la extensión del Mar Argentino se vuelven una capacidad necesaria de la que no nos podemos dar el gusto de prescindir”, completó Attis.

Los submarinistas argentinos sostienen su adiestramiento con el apoyo de otras armadas

Desde el naufragio del submarino “San Juan” y con el “Santa Cruz” fuera de servicio, los submarinistas argentinos sostienen su adiestramiento en el “Salta”, que está en condiciones de operar amarrado al muelle, y con intercambios con armadas de países amigos para rendir los exámenes prácticos en inmersión.

Además, la Armada busca la oportunidad de obtener alguno de los submarinos que van a ser dados de baja por otras marinas en los próximos meses para emplearlos como herramienta de adiestramiento de la navegación en inmersión.

El comandante del Área Naval Atlántica e inspector del Arma Submarina, comodoro de Marina Gabriel Eduardo Attis, afirmó en diálogo con Télam que “el requerimiento para una nueva generación de submarinos aún no está definido, y una vez que eso suceda todo el proceso de inicio de compra, gestión, construcción y arribo al país de la primera unidad de la nueva flota puede demorar entre cinco o seis años, pero nosotros tenemos que sostener el entrenamiento de las tripulaciones”.

“El período hasta la llegada al país de la primera unidad de la nueva generación de submarinos es un período de transición en el que uno de los objetivos es incorporar algún submarino que vaya a ser dado de baja estando aún en condiciones de operar para que nuestras tripulaciones no pierdan el expertise de ir a inmersión y navegar con seguridad”, remarcó.

En ese sentido el marino puntualizó que “en estos momentos tanto Brasil como Noruega se están desprendiendo de submarinos en condiciones de operar que ellos van a reemplazar con nuevas unidades y que a nosotros nos permitirían sumar horas de entrenamiento”.

El militar contó que “el submarino ‘Salta’ no está en condiciones de navegar, pero puede prestar servicio amarrado a muelle como buque de instrucción, además nuestros submarinistas realizan intercambios con la Armada de Perú para hacer adiestramiento y rendir los exámenes prácticos, y también tenemos intercambios con países como Brasil o España que nos ayudan mucho en ese sentido”.

Attis recordó que “desde la pérdida del ‘San Juan’ es permanente la rendición de honores a sus 44 tripulantes y todos nosotros tenemos el compromiso de trabajo que ellos nos imponen y que es una guía en nuestro esfuerzo diario por ser mejores”.

El marino aclaró que esa fuerza ya no especula con disponer del submarino Santa Cruz porque “el casco de esa unidad tiene más de 40 años, generalmente la vida útil de los cascos los submarinos se estiman en 50 años; este ya tuvo su reparación de media vida y habría que hacer el análisis sobre si se puede volver a cortar un casco, además las reparaciones para que pueda volver a navegar demandan entre 3 o 4 años, y para cuando eso suceda le quedaría poca vida por delante”. (TELAM / Julio Mosle / EL SNORKEL) #NUESTROMAR

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