“En el Egeo hay un escenario casi bélico”

Un argentino que trabaja en Lesbos relata el drama humanitario de los inmigrantes.


Un argentino que trabaja en Lesbos relata el drama humanitario de los inmigrantes.

“Lo más fuerte es encontrarte con las miradas de esta gente, los refugiados. Son miradas súper potentes.” Nicolás Protto, un platense de 44 años, llegó a la paradisíaca isla de Lesbos, transformada en una suerte de “Lampedusa del mar Egeo”, como voluntario de Proactiva Open Arms, una ONG catalana formada por guardavidas, que se dedica a salvar a personas en el mar. Su director, Oscar Camps, fue recientemente galardonado con el premio Catalán del Año.

Protto -que vive en Menorca, donde trabaja en una escuela de windsurf, desde 2005- admite que la experiencia le cambió la vida.

“Hace dos semanas, en un bote eran todos afganos y, aunque tenemos traductores, con algunos conectás con la mirada, no hacen falta las palabras”, cuenta.

“Aunque ellos están felices al llegar, uno sabe que después de todo ese esfuerzo, les queda todavía muchísimo por delante… Sobre todo ahora que no bien llegan son detenidos y llevados a campos de refugiados parecidos a cárceles, donde están presos. Desde ahí, quizá serán deportados, o deberán esperar meses, hacinados, para obtener asilo o algo”, subraya.

Protto llegó a Lesbos poco antes de que comenzó a funcionar el acuerdo sellado por la Unión Europea (UE) y Turquía, denominado 1×1. “Por eso disminuyó mucho el flujo, aunque aún llegan refugiados con cuentagotas, en embarcaciones llamadas dinguis, botes inflables de muy mala calidad, que dan miedo. Se desarman en el camino con hasta 50 personas apiñadas a bordo”, dice.

En Skala Skaminas, al norte de la isla, Protto es “patrón de embarcación” de una lancha semirrígida que cuenta con tecnología de punta y que patrulla a diario la costa.

Turquía está a una decena de kilómetros. Pero a diferencia de hace un año -y como un fiel reflejo de que la UE ya no quiere que siga esta oleada de refugiados, la peor desde la Segunda Guerra Mundial-, ese retazo de mar en el Egeo ahora está más que controlado. “Hay un escenario casi bélico: barcos de guerra, guardacostas griegos, turcos, de la OTAN, de Frontex [los patrulleros de la UE]”, relata Protto.

Lo más impactante que le tocó vivir hasta ahora ocurrió el 17 de marzo. “Estuve en un rescate de un barco grande. Había 150 personas, gente de todos lados, afganos, sirios, iraquíes, casi todos sin chalecos. La nave llegó a la costa y tocó fondo, estaba semihundido, la gente gritaba, el mar estaba mal y el rescate fue muy complicado… El barco estaba a punto de volcar y nos lanzaron desde la cubierta a un chico de 6 años, que cayó arriba de nuestra lancha. Por suerte no se lastimó… Otra persona nos arrojó a un bebe a los brazos”, recuerda.

¿Qué piensa de la visita que hará hoy el papa Francisco? “Me parece bien, este papa ha hecho un cambio, tiene una postura nueva. Pero lo que hay que hacer es parar la guerra. Todo este éxodo es porque hay una guerra.” (La nación)

16/04/16

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