Cruceros: buenas noticias en una temporada que será pésima

El anuncio fue quizá algo presuntuoso, pero pesó más la necesidad de mostrar resultados en poco tiempo y gestión eficiente de equipo.


El anuncio fue quizá algo presuntuoso, pero pesó más la necesidad de mostrar resultados en poco tiempo y gestión eficiente de equipo.

La Administración General de Puertos (AGP) reunió a los referentes de la industria de cruceros (agentes marítimos y de turismo) para comunicarles buenas noticias en un mal contexto: en la temporada 2016/2017 sólo llegarán 88 buques de pasajeros a la Argentina, que supo recibir en mejores temporadas el doble. No hay que responsabilizar al presente por esta estrepitosa caída: las recaladas de cruceros se confirman con una anticipación de dos años. Así, esta temporada será el resultado de la comercialización realizada durante la gestión K.

No obstante, le gestión que encabeza Gonzalo Mórtola logró darle curso a planteos de vieja data de los actores del sector. En primer lugar, convocó a la Dirección Nacional de Migraciones para cambiar la forma en que se cobra la tasa: dejar de percibir US$ 14 por pasajero y por puerto para pasar a cobrar el mismo monto sólo por itinerario. Este ahorro implica, en rigor, volver a como era todo hasta 2014/2015.

Otra medida importante saludada por los agentes marítimos fue la posibilidad de reservar giro de cruceros con el doble de tiempo: cuatro años. Esta previsibilidad inédita además se realizará por vía electrónica únicamente (mediante la aplicación e-PuertoBue). La asignación del sitio se otorgará con 48 horas de anticipación.

Todo esto quedó plasmado en el nuevo reglamento para los cruceros que ingresan en el puerto de Buenos Aires (resolución 52/16 de la AGP) que, además, establece: cuatro sitios de atraque garantizados (según el orden de solicitud de giro) pero no más de tres sitios por día cuando los buques cuyas esloras superen los 260 metros; asimismo, se operará de manera tal que la Terminal de Cruceros no opere con más de 13.000 personas por día.

Ahora bien, la autonomía y visibilidad de Mórtola no es gratis. Un medio digital lo fustigó por pretender “triplicar” su sueldo. El interventor aclaró que las cifras difundidas fueron “exageradas” y desmintió otros conceptos vertidos en el artículo.

El sueldo de Mórtola será algo fácilmente verificable por su declaración jurada como funcionario. Más difícil será constatar las rencillas que se están gestando y recreando en el caldeado sector portuario.

El mensaje de “no a la prórroga” y “dos terminales” para Puerto Nuevo sigue generando ruido. Y la preeminencia política en torno al puerto (y sus terrenos) ensaya su grieta entre la gestión de Dietrich y la de Rodríguez Larreta. Este frente recién se está abriendo. (Por Emiliano Galli; La Nación)

26/05/16

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