Según un informe del Instituto Nacional del Agua (INA), en junio, a la altura de Rosario, el río estaría 1,5 metros por debajo de su promedio histórico, pero 1,36 metros por encima de 12 meses atrás.
La bajante del Río Paraná, que ya lleva más de dos años, podría estar definitivamente encausándose hacia una mejora en los niveles que permita un mejor tránsito de los buques por la hidrovía.
En su informe semanal de Eventos Meteorológicos Destacados, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA) incluyó los últimos datos del Instituto Nacional del Agua (INA), que indican que la situación del Paraná en la actualidad es mejor que la de junio de 2021, aunque lejos todavía de la ideal, porque los niveles hidrométricos continúan en aguas bajas.
La Oficina de Riesgo Agropecuario señaló que hay numerosos lotes con síntomas de deterioro tras las bajas temperaturas que ocurrieron a fines de marzo.
Prorrogan la emergencia hídrica en la Cuenca del Río Paraná
El Gobierno decretó que se mantenga este estado al menos por 90 días más, a raíz de la bajante más grande en 78 años.
Puntualmente en lo que respecta a la zona del Gran Rosario, “el promedio de junio sería 1,51 metros inferior al nivel normal, pero 1,36 metros superior al de junio de 2021”.
“Se registró una acotada onda de crecida en el estuario en la noche del 10 de junio, sin alterar sensiblemente el cuadro de niveles bajos en todo el Delta. La situación continúa caracterizada por niveles fluviales muy bajos, muy por debajo de los niveles normales”, advierte el reporte.
AGUAS ARRIBA
Más hacia el norte del río, en la confluencia entre el Paraná con el río Paraguay, la semana pasada se registró el pico de repunte resultante de las lluvias registradas desde el 26 de mayo hasta ahora sobre la región de respuesta hidrológica rápida.
“Los niveles se ubican desde el 3 de junio en la franja de aguas medias, retornando gradualmente hacia aguas bajas. Sin embargo, se espera que el promedio de junio 2022 se ubique unos 2,30 metros por encima del de junio de 2021”, indica el documento.
Y añade otro dato esperanzador: “Se considera baja la probabilidad de retorno a los valores críticos observados en los últimos dos años, aun en un escenario desfavorable”.
Ya en territorio argentino, el inconveniente es que la sequía que viene sufriendo el país hace que los afluentes del Paraná están descargando caudales en valores reducidos.
De todos modos, “se está propagando actualmente una onda de crecida, alcanzando hoy la sección Paraná – Santa Fe”, rescata el estudio.
Esta onda, no obstante, “no tiene la magnitud suficiente como para ubicar los niveles en la franja de aguas medias en forma estable”. Por eso, “pronto todos los niveles en todo el tramo en territorio argentino volverían a ubicarse en aguas bajas”, agrega el informe. (INFOCAMPO) #NUESTROMAR
.