El Plan Maestro de estudio sobre el canal estratégico para la región despertó alarmas en Argentina, rechazo de los gobernadores del Norte Grande y un reclamo de la Cancillería argentina. La respuesta de Paraguay. Y el antecedente Zuain.
“Imagino lo preocupados que están ustedes con este asunto de la Hidrovía —dijo el embajador europeo a su interlocutor, un diplomático porteño—. Porque está claro que China viene por sus recursos naturales”. El argentino, acostumbrado, no se inmutó. Observó el tomate por debajo de los labios del embajador y dijo: “Lo único novedoso de lo que usted me dice, es que dice que también viene China, sólo eso es; antes vinieron ustedes y los Estados Unidos”.
La Hidrovía es tema de un incipiente conflicto entre Paraguay y Argentina, y nueva agenda del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca. El último 6 de septiembre, el embajador norteamericano en Asunción, Marc Ostfield, anunció con un tuit un Plan Maestro para la Hidrovía Paraná-Paraguay con colaboración del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos para estudiar comportamiento y navegabilidad del río sobre el territorio paraguayo. “Esto potenciará los beneficios del río Paraguay como principal canal de comercio”, dijo Ostfield.
Tras el anuncio, hubo un encuentro en la Cámara de Comercio Paraguayo-Americana, AmCham, con empresarios, el embajador y el gobierno. Fotos. Tuits. Y el canciller paraguayo, Julio César Arriola, ofreció “todo el apoyo institucional que se requiera en la elaboración, diseño y ejecución” del Plan Maestro.
La iniciativa en el corredor —fundamental para el tránsito de exportaciones agrícolas de Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia—, fue objetado por un rápido movimiento político que inició el expresidente del poder Legislativo de Chaco, y actual diputado Hugo Sager; alcanzó a los gobernadores del Norte Grande y entró a la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso argentino a través de un proyecto de declaración que lo señala como problema de seguridad nacional.
A la escalada ahora se sumó Cancillería. Según supo Página12, Argentina pidió explicaciones. «La Cancillería argentina le reclamó al Paraguay explicaciones. El gobierno paraguayo aclaró que es una cooperación con especialistas de EE.UU. en tema ríos, pero no una cooperación militar ni mucho menos presencia militar de tropas extranjeras en el río Paraguay», señalaron en el Palacio San Martín. De todas maneras, aún esperan una respuesta oficial y advierten que «Paraguay no ha cumplido su obligación de informar a los demás países las intervenciones que tiene planificado realizar».
En 2016-2017, hubo un proyecto con características parecidas al que se opuso el entonces embajador argentino en Asunción, Eduardo Zuain, la iniciativa no avanzó pero a él terminó costándole su salida. Paraguay es el único país del cono sur que no tiene relación diplomática con China. Y en cambio, reconoce a Taiwan. En ese sentido, también es enclave estratégico de Estados Unidos en la zona sur del continente donde ve crecer el fantasma de la amenaza china.
Primer round
En septiembre, el chaqueño Hugo Sager recibió un llamado desde Asunción. “Esto no es un trascendido”, oyó del otro lado de la línea. “Esto es oficial, está publicado en la página de la Cancillería de Paraguay”.
A partir de entonces, motorizó la hoy Resolución 1630 aprobada en la Legislatura por unanimidad. Y el 23 de septiembre logró respaldo del Norte Grande. “Unánime apoyo regional a la preocupación chaqueña por presencia militar de EEUU en la Hidrovía”, señaló un comunicado. “En la última jornada de la 48º reunión plenaria del Parlamento del Norte Grande, en Catamarca, más de un centenar de legisladores de las diez provincias manifestaron su preocupación por la inminente presencia militar estadounidense en el tramo paraguayo de la Hidrovía Paraná-Paraguay”.
Hace diez días, el tema ingresó al Congreso donde el diputado chaqueño Juan Manuel Pedrini y Juan Marino giraron un proyecto de resolución a la Comisión de Relaciones Exteriores con firma de 18 diputados. Allí expresaron “preocupación y rechazo ante la posible presencia militar de los Estados Unidos en el sector paraguayo de la Hidrovía Paraná-Paraguay, por amenazar la Seguridad Nacional y desequilibrar las relaciones de Defensa entre los países integrantes del Mercosur”.
El documento describió la iniciativa como un problema. “Tendiente a maximizar el uso del Río Paraguay y de su flota fluvial, la más grande de Latinoamérica, líder absoluto en el Mercosur, superando las 3.000 barcazas y más de 200 empujadores”, sostuvo. Y agregó: “Paraguay posee la tercera flota fluvial del mundo, con 47 empresas extranjeras y 6 de capital nacional, sólo superada por Estados Unidos y China. Las inversiones previstas superarían los 110.000 millones de dólares, aportados por organismos de crédito multilaterales, capitales norteamericanos y paraguayos, y se requerirá el asesoramiento del Cuerpo de Ingenieros del Ejército estadounidense”. En ese sentido consideró el peligro de quedar atados a un entuerto de dos potencias. “La presencia militar del gobierno de Estados Unidos en nuestra Hidrovía Paraná-Paraguay compromete la seguridad de los estados ribereños y convierten a la región en escenario de conflictos ajenos”.
En Asunción, la embajada de EE.UU. motoriza contactos en el Congreso para acelerarlo, mientras tanto el Frente Guasú de Fernando Lugo impulsa un pedido de informe dirigido al Ministerio de Industria para exigir cronograma, plazos, alcance, estudios, contratistas e información sobre el mecanismo legal de respaldo. Esta no es la primera vez que Estados Unidos busca un acuerdo de este tipo, por eso sonaron rápido todas las alarmas.
El antecedente Zuain
En 2016, el entonces presidente Horacio Cartes impulsó un Memorándum de cooperación Paraguay-Estados Unidos para un estudio de impacto ambiental no sólo sobre el tramo paraguayo, sino que tocaba más de 111 kilómetros de toda la costa oriental de la provincia. Además incluía, como ahora, el apoyo del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, una institución con grado militar.
– Oíme Leslie, ¿por qué ingenieros del Ejército? –preguntó un argentino a la embajadora norteamericana, Leslie Basset.
– Porque son los mejores –dijo ella.
– Pero, ¿sabes que la Usaid por ejemplo, también dice que es una organización civil, pero no tiene civiles? –dijo él– ¿Sabés que Evo los sacó de Bolivia por espiar?
El entonces embajador argentino en Asunción, Eduardo Zuain, presentó 7 quejas formales y más de 10 informales por la iniciativa. Tenía claro que era un acuerdo binacional entre Paraguay y Estados Unidos, pero el convenio tenía dos defectos. “Uno era que incluía aguas argentinas”, dijo varias veces. “Yo sostenía que Paraguay tenía que modificarlo excluyendo al territorio argentino porque Argentina no había sido consultada ni invitada a formar parte. Pero además, como los ingenieros que iban a hacer el estudio tenían estatus militar, al entrar al territorio argentino se violaba la Constitución porque no pueden entrar tropas extranjeras sin permiso del Congreso. Entonces, no sólo Argentina no estaba invitada sino que además la ejecución era una violación de la Constitución Nacional”.
Cuando el convenio iba a ser aprobado por el Senado de Paraguay, Zuain recibió un llamado de alerta.
–Tenés quince minutos para mandar una nota, sino esto sale aprobado –dijo su interlocutor. El embajador escribió una queja a toda velocidad, el mismo tono con el que ya se había quejando ante el Gobierno, paró el debate y logró frenar el acuerdo, pero eso detonó su relación con el Ejecutivo paraguayo. Cartes, el canciller y el ministro de infraestructura le retiraron el saludo. Zuain se encerró en la embajada para evitar problemas. Tuvo respaldo de Susana Malcorra pero sabía que tenía los días contados. Cartes llamó personalmente al entonces presidente Mauricio Macri.
–Sacámelo de acá –le dijo. Zuain dejó la embajada un año más tarde, en julio de 2017, tras un repentino avance de la causa del Memorándum con Irán, con él de imputado. “Tengo que pedirte que pegues la vuelta”, le avisó Jorge Faurie. Y el embajador argentino regresó a Buenos Aires.
El monumental edificio de la Conmebol
Los bosques nativos y el agua dulce
La situación de Paraguay y Estados Unidos atravesó alguna crisis. La pandemia y la diplomacia de las vacunas de Shanghai provocaron algunos ruidos. Y este año los efectos de la guerra europea disparó algunos reclamos inquietantes para los intereses norteamericanos. En marzo y mayo, la sociedad rural y la industria de la carne pidieron al presidente Mario Abdo, por ejemplo, la apertura del mercado a China «continental». Toda una novedad. “El presidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP), Pedro Galli Romañach –publicó el diario La Nación paraguayo–, afirmó que Paraguay está entre los 10 más grandes exportadores de carne del mundo, y que por ende se tienen grandes pretensiones sobre la posibilidad de ingresar al mercado de China continental”.
El gigante del norte no se dejó correr. Reingresó a la agenda hiperactivo. Hubo avión venezolano-iraní, sanciones a Cartes por «significativamente corrupto» y otra al actual vicepresidente Hugo Velázquez, que hasta entonces era el candidato del Partido Colorado para las elecciones que empiezan a jugarse en diciembre. Para algunos, estas movidas son parte del dominó que busca reacomodar piezas de las élites de poder. El Plan Maestro es un hito más. Tiene promesas de inversión millonarias, un exsocio de Cartes en el juego, dinero del Goldman Sach y la Hidrovía: un tema estratégico y de seguridad nacional para Estados Unidos en su batalla con China.
Un estudio de mayo de 2022, del Eno Center for Transportation de Washington señaló ese interés. “Debe observar detenidamente el desarrollo de corredores fluviales de carga de otras naciones particularmente chinas con miras a la competitivas económica y seguridad nacional”, señala. “Si bien el tráfico de cargas es relativamente bajo, el posible desarrollo en los ríos Amazonas y Paraná-Paraguay representa amenazas significativas para la competitividad de costos de exportadores estadounidenses. Las empresas estatales chinas están invirtiendo en instalaciones a lo largo de estos ríos”.
Otro informe del año pasado dedicó dos párrafos a la Hidrovía, luego de una lectura curiosa de las relaciones entre China y el «peronismo». “La República Popular China no está construyendo explícitamente una alianza antiamericana en Argentina. Más bien, es el importante compromiso de la RPC en una amplia gama de ámbitos comerciales, políticos y de seguridad lo que amenaza con facilitar una trayectoria autodestructiva por parte de los dirigentes peronistas argentinos”, escribió el influyente investigador del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército, Evan Ellis.
El artículo levantado en la web del Comando Sur, se escribió cuando China aún aspiraba a la licitación del dragado que quedó suspendida. “Tal vez el proyecto argentino de mayor importancia estratégica en el que participa China sea un contrato para dragar y explotar un peaje fluvial en el corredor del río Paraguay-Paraná, fundamental para las exportaciones agrícolas de cinco países sudamericanos (Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia) –dijo Ellis–. Parece que Argentina va a conceder el proyecto a Shanghai Dredging, por encima de competidores como la belga y luxemburguesa Jan de Nul, lo que ha provocado la consternación de los vecinos de Argentina.”
El chaqueño Hugo Sager habló varias veces de lo que en verdad está en juego. “Los bosques nativos, el agua dulce y el agua subterránea seguramente serán motivo de tensiones a futuro. Recordemos que actualmente en la bolsa de Chicago se está cotizando el agua dulce. Es un tema estratégico”. (Alejandra Dandan – RESUMEN LATINOAMERICANO) #NUESTROMAR
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deseo puedan incorporar whatsapp para poder comartir toda informacion gracias los sigo desde hace 16 años producciones viento y marea