Ubicado en el corazón de la Hidrovía Paraná – Paraguay, el Puerto de Santa Fe se posiciona como un eslabón fundamental del comercio regional. Desde hace tres años, el puerto sostiene un proceso de reactivación que hoy lo lleva a ser elegido por importantes empresas para sus tareas de importación y exportación.
En diálogo con Valor Local, el presidente del Ente Portuario de Santa Fe, Carlos Arese, recordó que a principios de 2020 comenzaron las gestiones para reactivar el puerto. A mediados de ese año se realizó un primer embarque de granos con destino a Uruguay. “Nunca se ha interrumpido la actividad desde entonces, actualmente los embarques se dan cada 10 o 15 días”, agregó.
A esto se suma la terminal de contenedores que comenzó a funcionar en 2021, mientras que en 2022 se lograron consolidar las dos actividades marcando un hito en la historia del puerto local.
Las inversiones en materia portuaria son complejas y costosas. En el caso del Puerto de Santa Fe, a fines de 2021 se licitaron obras de mejoramiento de la infraestructura y servicios portuarios por más de 220 millones de pesos. De esa manera se logró poner fin a un periodo de 15 años de falta de inversión que impedía al puerto operar de manera regular y por ende dar respuesta a las necesidades comerciales de la región.
La reconversión portuaria es uno de los ejes de trabajo más importantes que se lleva adelante en el Puerto de Santa Fe. Desde el Ente sostienen que los puertos modernos son mucho más que un punto de transferencia, “constituyen verdaderas plataformas logísticas, aportan valor agregado a las cargas y son polos de desarrollo, generadores de trabajo y riquezas para la región”.
La ubicación estratégica del Puerto de Santa Fe contribuye a que la terminal se posicione como un punto de referencia que une los nodos de transportes de tipo terrestre, fluvial y oceánico. De esta manera es posible llevar adelante operaciones de cabotaje nacional e internacional y marítimas internacionales de contenedores, graneles, general, entre otras.
Actividad portuaria
Hoy las principales actividades del Puerto de Santa Fe son el transporte de granos, por un lado; y el de diversos productos como leche en polvo, harina de carne y hueso, hemoglobina y trigo a través de contenedores, por otro. Así, durante 2022 salieron por agua 100 mil toneladas de granos, mientras que en la terminal de contenedores las salidas fueron quincenales.
“Hoy el comercio mundial se mueve a través de contenedores”, enfatizó Arese, y el Puerto de Santa Fe demuestra estar a la altura de este escenario. La cantidad de industrias que hay en la región obligó a que el puerto local cuente con esta terminal. En 2021 se logró la habilitación de Aduana, se incorporaron grúas y se hicieron las mejoras de infraestructura necesarias.
En diciembre de 2021 se hizo el primer embarque de contenedores con destino a Vietnam y China. La actividad continuó sin interrupción durante todo el 2022 y lo que va de 2023. Actualmente salen del Puerto de Santa Fe alrededor de 200 contenedores por mes. “Cada 15 días viene una barcaza del Puerto de La Plata que lleva los contenedores para hacer el transbordo a los buques oceánicos y desde allí al destino final en la ciudad del mundo que sea”, detalló el responsable del Ente.
La operatoria local de contenedores ofrece una clara ventaja competitiva a las empresas del centro, noreste y noroeste de Argentina ya que significa menores costos de transporte.
En cuanto al comercio de granos, vale destacar que, durante enero pasado, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) ubicado en el puerto santafesino, fiscalizó barcazas por un total de 6000 toneladas de grano de maíz partido con destino a Uruguay. La misma cantidad se repitió en febrero y se proyecta una continuidad similar en los meses venideros.
Cargas especiales: un desafío logístico
El 2023 trajo al puerto santafesino el desafío de las cargas especiales, es decir de productos que no son ni granos ni contenedores. “Son cargas que se dan coyunturalmente, que vinieron muy bien y a su vez fueron un desafío muy importante porque requieren una logística totalmente diferente”, explicó Arese.
La primera de estas cargas fue una importación de 4800 toneladas de chapas de acero para la empresa Haizea SICA, radicada en Esperanza y encargada de fabricar torres eólicas. “Esta empresa importó las chapas desde China, y llegaron acá en tres embarques. Se descargaron en nuestro puerto y fueron trasladadas a Esperanza en un movimiento que incluyó a 180 camiones”, detalló.
El segundo desafío logístico fue el ingreso de máquinas viales de la empresa puntana Semisa Construcciones SA., procedentes del Puerto de Montevideo. Arese explicó que “tras finalizar una obra vial en Uruguay, la firma necesitaba traer la maquinaria de nuevo a la Argentina y luego de evaluar distintas alternativas eligió al Puerto de Santa Fe para realizar la operación”.
El 8 de marzo pasado llegó el buque con alrededor de 30 maquinarias viales entre camiones, palas mecánicas, orugas y retroexcavadoras. La operación demandó un esfuerzo y una tecnología importante para poder descargarlas. “La maquinaria bajó en nuestro muelle y la empresa ahora va a enviar algunas a la sede en San Luis y otra parte viaja hacia el norte santafesino para la obra del acueducto San Javier-San Cristóbal-Ceres-Tostado”, contó Arese.
Las operaciones de cargas especiales demuestran la confianza de las empresas en el puerto santafesino. En tanto que el estado actual de la infraestructura portuaria local permite superar con creces los desafíos logísticos que se presentan.
Hoy las pymes de la región pueden sacar sus productos por agua sin intermediarios. “Otra de las ventajas es que, al ser un puerto más pequeño, en relación por ejemplo al de Rosario, pueden acercarse de manera más accesible”, explicó Arese. En la actualidad, son aproximadamente 20 las pymes que operan a través del puerto santafesino.
La terminal de combustible del puerto, hoy concesionada por Raízen del grupo Shell, está también en plena actividad gracias al repunte de la altura del río. Arese recordó que durante la bajante los grandes buques de Shell no podían entrar: “durante ese tiempo entraron barcazas con combustible cuya capacidad era mucho menor”.
Los buques que hoy llegan con combustible a la planta de Shell, descargan el producto en el puerto, luego se traslada a camiones que abastecen a todo el centro-norte de Santa Fe y del país.
Consultado acerca de las necesidades de las empresas e industrias de la región, Arese manifestó que en este momento hay muchos inconvenientes con las importaciones. “Nosotros hemos visto disminuido el volumen de contenedores de importaciones por el problema que hubo con el SIRA; esperemos que esto se normalice para volver a tener las importaciones que teníamos”.
En relación a las exportaciones, el desafío del Puerto de Santa Fe es ampliar la oferta. “Todavía no tenemos todos los destinos que las empresas de la zona requieren”, reconoció Arese y mencionó el caso de Estados Unidos. “Aún no hemos hecho los contratos con las navías que pueden ir al país del norte, pero estamos trabajando para conseguirlo”. Hoy el puerto tiene contratos con Brasil y Asia (Taiwán, Vietnam, China, Singapur).
Las condiciones actuales del Puerto de Santa Fe le permiten sostener un buen ritmo de actividad en todas sus terminales. El desafío que asumen desde el Ente Portuario para este 2023 es consolidar el proceso de reactivación para que finalmente sea un hecho en todas sus dimensiones y para que la actividad portuaria local no vuelva a ser un recuerdo de época lejano, sino un presente activo con proyecciones a futuro. (Marlene Vallejos – VALOR LOCAL) #NUESTROMAR
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