La draga danesa amarró en el muelle de ultramar luego de una larga travesía desde Portugal. Hará un trabajo de mantenimiento con una inversión de 5,1 millones de dólares. Comenzará por la posta de inflamables. Recientemente la draga IDUN R con sus 80 metros de eslora inexplicablemente saca de operatividad un sector estratégico y al menos de los pocos espacios limpios dentro del puerto local, para maniobras.
Después de 380 días de haberse realizado el acto de transferencia de los fondos parciales para realizar la obra de mantenimiento del dragado en puerto Mar del Plata, arribó ayer a la terminal marítima la draga que se encargará de profundizar los canales de acceso, el área de giro, la posta de inflamables y demás muelles interiores.
Poco antes de las 10 de la mañana los 79 metros de eslora y 14 de manga de la Idun R quedaron amarrados al muelle de ultramar sobre la sección séptima. La embarcación pertenece a Rodhe Nielsen, la empresa que conformó una UTE con la argentina SCHW Consultores SRL, y fue adjudicada en el segundo llamado a licitación para realizar el trabajo.
Los 200 millones de pesos asignados por el Ministerio de Transporte de la Nación alcanzan para solventar menos de la mitad del costo que tendrá la obra. Luego de declarar inadmisible la oferta del primer llamado a licitación que realizó Servimagnus por más de 20 millones de dólares, la oferta danesa apenas superó los 5,2 millones de dólares.
El resto de los fondos surgieron de las propias arcas del Consorcio Portuario que oportunamente solicitó una rebaja a ese monto ofertado y el contrato se firmó por 5.196.000 dólares.
La draga es una embarcación moderna y versátil que cuenta con una capacidad de cántara de 2 mil metros cúbicos de capacidad. Que haya demorado tanto, todo el proceso de habilitación de la UTE en Personas Jurídicas de la Provincia de Buenos Aires y la posterior obtención del CUIT ante la AFIP, para poder recibir el 30 por ciento del anticipo de obra previsto en el pliego, termina generando que la obra se realice en una época del año donde las condiciones climáticas son más benévolas.
Claro que las demoras generarán que la draga deba quitar muchos más sedimentos de los 540 mil m3 estimados cuando se elaboró el pliego. La deriva de litoral ha seguido aportando arena sobre el banco que se recuesta sobre la Escollera Sur y ha consolidado la obstrucción en el canal principal. Esta situación quizás demore los plazos de obra previstos inicialmente en 150 días de trabajo.
Cuándo comenzará a dragar la Idun R es la pregunta que todos se hacen en el puerto. Por ahora debe cambiar la tripulación que hizo la travesía del cruce del océano desde Portugal, donde estuvo trabajando en los últimos meses, y terminar de resolver unos trámites en Aduana.
Sí se sabe por dónde comenzará a dragar. Será en la posta de inflamables donde la emergencia por la falta de calado ha provocado que el petrolero que ingresa periódicamente a traer combustible deba ingresar con menos carga para evitar quedar encallado.
Éramos pocos, y llegó la draga…
Desde hace años el puerto local se ve in crescendo con la cantidad de buques operativos, otros inactivos, hundidos, interdictos y abandonados. Hace falta el lugar para el portacontenedores de 180 metros, el Reefer Libra, y ahora la Draga IDUN R.
La operatoria del puerto está cada vez más complicada. Por un lado, desde hace años hay buques interdictos, otros hundidos, otros abandonados. El espacio operativo de los muelles es escaso y en el agua, algunos cascos hundidos rozan lo peligroso, poco calado para maniobras y espacio reducido por la poca área de maniobras dentro del espejo entre muelles.
Se le suma una flota de poteros que por 6 meses permanece inactiva, o haciendo reparaciones; otros años se los situaba en la escollera norte, hoy, quitan espacio operativo para quienes sostienen permanentemente las descargas en el puerto local y además, cada día son más.
Si a ello se le suma, la cantidad de barcos que fueron reformulados por otros de mayor eslora, los muelles quedan superpoblados hasta en 9na andana, un despropósito para quienes deben trabajar con la descarga y armado de sus unidades, generando tiempos (dinero), sobrecostos de movimientos de apertura y cierre (dinero) y las demoras que muchas veces tienen las propias empresas de remolques, que están sobrecargadas (dinero).
Como si el panorama fuese poco, se le agregaron dos participantes más, el Buque Congelador Libra, que demanda otros 100 metros de muelle durante casi una semana y recientemente la draga IDUN R con sus 80 metros de eslora inexplicablemente saca de operatividad un sector estratégico y al menos de los pocos espacios limpios dentro del puerto local, para maniobras. ¿No había posibilidad de amarrarla a la escollera norte?
Consultamos a armadores, algunos al borde del ataque explicaban “ no tenemos quien nos defienda, acá cualquiera llega y hace lo que quiere. El puerto es un despropósito, quienes estamos generando trabajo, nos vemos imposibilitados porque ahora, ¿quién sabe por qué motivo?, ponen una draga que le faltan tareas administrativas, burocracia, papeles, ¿qué culpa tenemos nosotros?, nos sacaron 100 metros más de muelle y dale que va” decía un armador, mientras trataba de ver donde colocaba un fresquero de 45 metros que necesitaba descargar.
Por otro lado, lo intentamos con alguien que pudiera darnos una razón valedera y con calma, ante esta situación, consultamos a Guillermo, un armador de un buque renovado que próximamente comenzará a pescar, decía “ esto es una locura, no hay espacio para trabajar, movés el barco para un lado son $100 mil, lo movés para el otro, son otros $100mil. Tenía el barco para hacer combustible y cajones, para una prueba de operatividad después de poner dinero y repararlo durante 10 meses, vienen barcos a descargar y terminamos en 3era andana, te lo abren, y acá estoy, esperando la carroza.. Somos dueños de barcos solamente a la hora de pagar, después, cada cual hace lo que quiere con el patrimonio de uno”
El relato parece crudo, en realidad lo es. Quienes apuestan al trabajo ante la posibilidad incluso de ser multados por aun tener excedentes de captura de CITC de merluza, deben padecer con todo en contra.
Como si fuese poco, los ánimos están caldeados por las infracciones que desde el CPRMDP le aplican a barcos por colocar artes de pesca en el muelle a la espera de contenedores o cargar camiones para llevar a sus respectivos galpones, mientras tanto en el último temporal cortó amarras un buque abandonado (BP Chiarpesca 56) y golpeo a otros, en una maniobra que el mismo Jefe de la Prefectura Naval Mar del Plata debió supervisar.
Es hora que algún director del CPRMDP, abandone su escritorio y tome nota de las irregularidades que ocurren en el puerto local, entre ellas, la imposibilidad de trabajar con fluidez por parte de quienes generan la actividad en el puerto, la notable falta de operatividad en los muelles, la falta de espacio, los buques inactivos y hundidos, los costos operativos cada día en ascenso.
Es necesario un plan maestro pensado y elaborado para eficientizar los espacios en los muelles, muchos de ellos absolutamente inactivos por buques que llevan mas de 15 años abandonados o con problemas judiciales.
Actualmente, debido a la falta de frente operativo, se requiere amarrar hasta 8 o 9 buques en andana. Esto ocasiona demoras en la descarga y también representa riesgos para la tripulación, además del aumento de maniobras que se deben realizar para poder realizar las operaciones en muelle, rompiendo barcos y generado sobrecostos.
En cuanto a la limpieza, habría que entender quién fue el iluminado que, debiendo pagar el tratamiento del dragado en el puerto local para poder tener accesibilidad y conectividad con buques de gran porte para ser un puerto de importación y exportación para el sudeste de la provincia de Buenos Aires, autorizó la descarga de dos efluentes fluviales donde arrastran todos los desperdicios, limo y arena del barrio puerto (en el mejor de los casos, a veces navegan roedores) para descargarla en pleno espigón del muelle de ultramar. Algo que si lo intentan hacer a propósito, no les saldría mejor. Pocas ideas, demasiados funcionarios que distan de caminar y ver lo que ocurre en cada muelle del puerto local. (REVISTA PUERTO / Gustavo Seira – PESCARE) #NUESTROMAR
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