El rol del sector pesquero durante la Guerra de Malvinas

El rol del sector pesquero durante la Guerra de Malvinas

CaPeCA y la Cámara de Armadores brindaron colaboración en la batalla de 1982 con siete barcos que realizaron tareas de rescate y espionaje. El pesquero Narwal cumplió un rol protagónico y fue atacado por las fuerzas británicas, cobrándose la vida de uno de sus tripulantes.

A partir de la datos y documentación reunida en distintas publicaciones como “El sector pesquero argentino y la Guerra de Malvinas”, “Misión cumplida” y “Los 100 días”, entre otros, el portal de divulgación de la actividad antártica Irizar.org ha difundido un breve resumen del rol que los empresarios, gremialistas y tripulantes del sector cumplieron durante la guerra.

Diez días después del desembarco argentino en la Islas Malvinas, Gran Bretaña movilizó su fuerza naval hacia las Islas y ese mismo día, en Buenos Aires y Mar del Plata, funcionarios del Ministerio de Agricultura y Ganadería, en ese tiempo al mando de la Junta Militar, se reunieron con miembros de la Cámara de Armadores de buques de Pesca Congeladores (CaPeCA) y con la Cámara de Armadores para solicitar su colaboración.

Las tareas que se les encomendaron fue la búsqueda y rescate de pilotos de aviones como así también tripulantes de barcos argentinos caídos al mar, o la eventual tarea de transporte de carga o pasaje que pudiera llegar a requerírseles. Por otra parte, se les encomendó proporcionar información operativa si se detectaba “cualquier objeto que se considere ajeno a las tareas pesqueras”. Esto fue considerado una tarea de inteligencia militar.

Las pesqueras y sus tripulaciones, en algunos casos, contaban en sus filas con extranjeros; se pusieron a disposición de las fuerzas de seguridad, a pesar del riesgo que implicaba. La participación de los pesqueros se organizó en varios grupos operativos, uno de ellos, conformado por el Narwal, el Constanza y el Invierno, de la pesquera Arpemar, y el María Alejandra, de la Pesquera Argenbel. Estaban relacionados directamente con el comando local de Control Operativo de la Armada Argentina.

Otro grupo, formado por los pesqueros Usurbil, María Luisa y Mar Azul, de Pesquera del Atlántico, operaba como el grupo de tareas GT 17-3 y se desplazaba en una zona coincidente con la ruta estimada de la flota invasora.

Estos barcos lograron dar aviso a las autoridades argentinas sobre el ingreso de la flota inglesa e intentaron rescatar a los tripulantes heridos cuando helicópteros ingleses atacaron al ARA Alférez Sobral. Todos colaboraron con valentía, pero hubo un barco que se destacó por sobre todos, el Narwal.

El Narwal estaba al mando del Capitán Néstor Fabiano, acompañado por el Capitán de Corbeta Juan Carlos González Llanos que fue embarcado como oficial de inteligencia de la Armada Argentina. Y no fueron pocas las acciones en servicio de la patria que por esos días realizaron.

A fines de abril tuvieron varios contactos con la fuerza aérea enemiga, pero eso no impidió que descubrieran el grueso de la flota inglesa en operaciones de reabastecimiento en alta mar fuera de la zona de exclusión. A pesar de las amenazas recibidas desde la fragata Alacrity no se amedrentaron y prosiguieron sigilosamente el rastreo de la flota invasora.

“Sus informes de inteligencia fueron cruciales para efectuar el plan de ataque del Grupo de Tareas 79.1 conformado por el portaaviones ARA 25 de Mayo y cuatro destructores de la armada al corazón de la flota invasora, los portaviones Invincible y Hermes”, señala la documentación a la que se ha tenido acceso.

El 1 de mayo la tripulación avistó un submarino que siete días más tarde, emergió por su banda y lo interceptó. El hecho fue registrado por el comandante de la flota invasora: “Si vuelves a meter la pata, hombrecito horrible, ya has recibido tu último aviso, esté yo, autorizado o no, a disparar contra barcos pesqueros”, escribió el Almirante Woodward en sus memorias.

Estos héroes de la pesca no se dejaron intimidar y siguieron con su misión, pero al día siguiente, mientras el Narwal se encontraba navegando fue atacado utilizando bombas y cañones por dos aviones Sea Harrier de la Real Armada Británica, piloteados por los ingleses teniente de Navío Morgan y capitán de Corbeta Batt.
“Dos horas después del primer ataque, la tripulación no podía mantener al pesquero a flote e iniciado el abandono del barco ordenado por el Capitán Fabiano, los tripulantes se embarcaron en las balsas salvavidas autoinflables, donde fueron nuevamente ametrallados por los aviones Sea Harrier ingleses, produciendo la destrucción de las balsas y nuevas heridas a los marineros argentinos”, señalan los registros de aquel día.

Los tripulantes siguieron a la deriva en las balsas que quedan, hasta que finalmente fueron abordados y capturados por un grupo comando que llegó en helicóptero del escuadrón aeronaval del portaviones Hermes. Entre los prisioneros, veinticinco en total, Omar Rupp falleció y doce resultaron heridos.

El reporte de aquel momento es escalofriante, en menos de dos horas emitieron cinco mensajes. El primero fue a las 9:05: “Aquí Narwal. Somos atacados por aviones ingleses en la altitud 52º 45’ Sur y longitud 58º 02’ Oeste. Tenemos heridos graves”. Siete minutos más tarde, comunicaban que había peligro de hundimiento por una fuerte tormenta. A las 11 en punto comunicaron: “Falleció uno de los heridos. Otro avión inglés nos sobrevuela y ataca”. Cinco minutos más tarde reportan la destrucción de las balsas: “Resta un bote para los que quedamos”.

Veinticinco minutos más tarde emitiría su último mensaje el pesquero de bandera argentina propiedad de la Compañía Sudamericana de Pesca y Exportación, el 9 de mayo de 1982: “Quedan seis hombres en un bote a la deriva. No quedan elementos de salvamento. Narwal a punto de hundirse”.
Al día siguiente, en tradicional ceremonia de sepultura marinera, fue arrojado al mar el cadáver de Omar Rupp, Contramaestre del Narwal, quien había perdido una pierna al ser alcanzado por una de las bombas durante el ataque.

Al finalizar la guerra, se le otorgó al buque Pesquero Narwal la condecoración de Honor al Valor en Combate. Al contramaestre Omar Rupp, la condecoración post-mortem de “La Nación Argentina al Muerto en Combate”. Se hizo lo propio con los heridos en combate, el maquinista Feliciano Miño y marineros Gregorio Carballo, Luis Wenz, Julio C. Rodríguez, Luis Zaragoza y Justo García. A su capitán Artemio Wagata, al oficial de Radio Arturo Reinoso y al enfermero Juan Gómez; y a todos los sobrevivientes se les otorgó la condecoración “Al esfuerzo y abnegación”.

Todos los tripulantes que participaron de las acciones humanitarias y de espionaje durante mas de un mes fueron distinguidos por la Armada Argentina con el “Botón Solapa y Diploma de Honor por los servicios prestados a la Patria” y el Congreso de la Nación les entregó una medalla y diploma en reconocimiento por los servicios prestados. (REVISTA PUERTO) #NUESTROMAR

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