El Departamento del Tesoro de Estados Unidos sancionó a más de una docena de buques y entidades por su implicación en el envío de crudo y gas licuado de petróleo iraní hacia Siria y Asia Oriental, en nombre de la Guardia Revolucionaria de Irán y Hezbolá.
En detalle, cuatro navíos están vinculadas a la flota del magnate naviero sirio Abdul Jalil Mallah, quien ya fue sancionado por el país norteamericano en 2021. Además, Luay al-Mallah, relacionado con estas naves, fue incluido en las penalizaciones impuestas en la acción.
Según el departamento señalado, las entidades “han seguido utilizando su imperio naviero para apoyar las actividades malignas de Irán y las de sus apoderados”.
“Irán sigue dependiendo en gran medida de la venta ilícita de petróleo y gas licuado de petróleo por parte de la Guardia Revolucionaria y Hezbolá para financiar a sus representantes terroristas y sus actividades desestabilizadoras”, finalizó Bradley T. Smith, subsecretario en funciones del Tesoro para Terrorismo e Inteligencia Financiera.
En 2024, las sanciones de Estados Unidos contra la comercialización del petróleo iraní siguen enfocadas en restringir su exportación a terceros países, como parte de los esfuerzos para debilitar la financiación de actividades ilícitas vinculadas al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC) y grupos como Hezbollah. Estas sanciones apuntan tanto a entidades como a buques involucrados en el transporte de crudo y gas licuado de petróleo (LPG) desde Irán a destinos como Siria y Asia Oriental. Washington ha intensificado sus acciones contra estas redes en un esfuerzo por cortar los ingresos utilizados para financiar actividades desestabilizadoras en la región.
Durante 2024, se ha observado un aumento en la presión sobre empresas y armadores que facilitan este comercio. La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro de EE. UU. ha sancionado varias entidades, incluyendo flotas asociadas con empresarios sirios y compañías con base en China. El objetivo es interrumpir los esquemas que permiten la venta ilícita de petróleo, que sigue siendo una fuente crucial de financiamiento para las actividades del IRGC y sus aliados.
A pesar de las sanciones, países como China continúan siendo los principales destinos del petróleo iraní, lo que complica los esfuerzos estadounidenses por frenar completamente estas operaciones. Aunque los actores involucrados en el comercio marítimo están advertidos de las repercusiones, muchos han recurrido a métodos encubiertos, como transferencias de petróleo de barco a barco, para evitar la detección. Esta situación plantea desafíos continuos para el cumplimiento y efectividad de las sanciones a nivel global. #NUESTROMAR
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