Los puertos argentinos siguen en gran medida el modelo industrial típico del siglo XX. La mayoría opera como puertos de primera generación, interfaz mar-tierra. Argentina necesita un programa logístico que direccione sus puertos hacia una matriz, que los convierta en verdaderos centros de transporte y distribución, la situación actual los obliga a mirar su propio recinto (las concesiones y la infraestructura) y es entendible, pero se pierde objetividad.
Hay excepciones: los puertos públicos de La Plata y Bahía Blanca que basan la administración portuaria en la innovación, tanto desde el punto de vista de la gestión como de la demanda.
En el sector privado, ejemplos conocidos como TZ (Grupo Murchison) o las terminales de PTP Group, que están internacionalizando su modelo de negocio en toda la región y últimamente a EE. UU y Europa.
Si pretendemos dar el salto que permita realizar operaciones portuarias de quinta generación, tenemos que estudiar casos de puertos similares a los nuestros que lograron desarrollarse, apoyados en tecnologías emergentes como Internet de las cosas, Big Data y blockchain, al mismo tiempo aprovechar técnicas de aprendizaje automático y la inteligencia artificial, estas innovaciones crean condiciones para un círculo virtuoso de eficiencia, sostenibilidad y resiliencia.
Los puertos son el instrumental preciso en la integración y el comercio, es necesario avanzar con visión cósmica. Transformarlos en grandes proveedores de servicios, sin dejar de lado su rol tradicional como facilitadores de la infraestructura del transporte y el comercio marítimo.
La Cuarta Revolución Industrial ya comenzó y está transformando la forma de producir y exportar; los puertos pueden ir más allá, mutar a nodos de cadena logística.
Hay que generar ecosistemas de innovación propios para los puertos y terminales de cada economía regional en Argentina, coordinando eficientemente los diversos actores, porque esta cultura de colaboración en el conocimiento ayudará a proteger el medio ambiente y reducir la huella de carbono del transporte marítimo; procedimientos de logística colaborativa en el entorno de red de logística electrónica con mayores espacios para la conectividad.
Este nuevo paradigma portuario tiene sus raíces en la idea que los puertos no pueden prosperar a través de acciones aisladas, deben involucrarse en permanente sinergia, todas las partes interesadas con las que estos tienen vínculos o interdependencias, el Estado haciendo inversiones que luego traccionen al sector privado; pero para ese mentoreo, el sistema logístico argentino y su infraestructura asociada tendrán que ser incluidos como política pública y ciertamente es uno de los problemas, sino el principal. (JUAN C. DONATO) #NUESTROMAR
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