A la 1.35 de la madrugada de este martes, hora local, el puente Key Bridge de la ciudad de Baltimore, Estado de Maryland (EE. UU) fue embestido y derribado por el buque portacontenedores “Dalí” (299,92 metros de eslora y 48,2 de manga), bandera de Singapur, propiedad de la naviera Synergy Marine Group.
Cabe destacar que no es el primer incidente que involucra a este buque, en 2016 chocó contra un muelle del puerto de Amberes (Bélgica), aunque sin consecuencias mayores, solo daños estructurales.
Las cámaras ubicadas en la zona y en el propio puente, muestran que barco navega hacia el interior, vira para cambiar de dirección y emprende hacia el puente, directamente a uno de los pilares. Por la gran columna de humo que sale de la chimenea, parece que el “Dali” trata de girar y evitar el impacto a toda velocidad, minutos antes de la colisión se apagan sus luces y choca con la infraestructura.
El departamento de bomberos de la ciudad informa que están buscando a siete personas en el río, aunque lo describen como un “incidente con muchas víctimas.” Por otra parte, la compañía naviera a la que pertenece el carguero, informó que no hay heridos entre la tripulación a bordo.
Opino que debemos prepararnos para presenciar más accidentes como el de Baltimore, en otras ciudades del mundo. La industria naviera bota barcos cada vez más grandes, pero la infraestructura no. Según un informe de la American Economic Liberties Project (abril 2022), señala que estos megaships, son excelentes para mover mucha carga a través de los océanos y aportan rentabilidad a los transportistas, pero el problema es la actualización de los puertos y las ciudades que deben recibirlos.
En dicho informe se consigna el caso de la Autoridad Portuaria de Nueva York y la comuna de Nueva Jersey que debieron invertir USD 1.700 millones, en la elevación del puente de Bayona para que ingresen los megabuques, además de las inversiones portuarias, claro: grúas y elevadores de mayor porte, extensión y abrigo de muelles que soporten más peso, por ende, mayor profundización y mantenimiento de dragado. Los costos obviamente pagados por los contribuyentes.
Proliferan eventos (Congresos, convenciones, coloquios, conversatorios, etc.) de la industria logística donde no se hablan ni debaten los temas de fondo que la afecta. También aparecen nuevos portales digitales “especializados” que publican notas afines a las empresas que los sponsorean y eso no está mal, lo incorrecto es que no haya espacio para el debate serio y responsable, acompañado de propuestas.
Mientras tanto Argentina transita por el camino de la desinversión y obsolescencia de todo su sistema logístico, eso sí; haciendo gala de los recursos que tenemos (petróleo, gas, litio, alimentos), aunque no tengamos puertos ni barcos para exportarlos. (JUAN C. DONATO) #NUESTROMAR
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