La implementación de un protocolo para la detección temprana de especies exóticas invasoras marinas en puerto y el control y la gestión a partir del nuevo marco legal para el manejo de agua de lastre de los buques; la normativa sobre las declaraciones de impacto ambiental de dragado en la provincia de Buenos Aires, así como la actualización normativa sobre residuos y basura de buques.
La implementación de un protocolo para la detección temprana de especies exóticas invasoras marinas en puerto y el control y la gestión a partir del nuevo marco legal para el manejo de agua de lastre de los buques; la normativa sobre las declaraciones de impacto ambiental de dragado en la provincia de Buenos Aires, así como la actualización normativa sobre residuos y basura de buques.
Fueron los temas destacados del II Taller Nacional de Seguridad y Medio Ambiente en Puertos organizado por la Comisión de Seguridad, Medio Ambiente y Protección Marítima del Consejo Portuario Argentino, junto a la secretaría de Ambiente de la Nación, que contó con una amplia concurrencia y que se desarrolló en el moderno auditorio del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT) de la CABA.
El encuentro fue abierto por el presidente del CPA, Angel Elias, el Secretario de Política Ambiental, Cambio Climático y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, Diego Moreno y el director Nacional de control de Puertos, Martin Hagelstrom.
Moreno hizo un primer análisis sobre el tema de la gestión de especies exóticas invasoras, tema en el que está muy focalizado el Ministerio como parte de la Estrategia Nacional sobre estas especies – el país fue elegido como parte de un programa financiado por Nacionales Unidas-.
Se trata de un problema global, se estima que en EE.UU. se pierden unos U$120 mil millones por el efecto de estas especies; en Brasil unos U$45 mil millones y los puertos son sólo una de las formas en que las mismas llegan, dijo. Se estima que en el mundo el costo asociado al daño por especies invasoras es cercano al 5 por ciento del PBI global y se trata de la segunda causa a nivel mundial de pérdida de biodiversidad.
Hagelstrom apuntó a la búsqueda de una mayor eficiencia a la hora de la aprobación de las habilitaciones ambientales de los puertos y advirtió que se está apuntando a una mayor rigurosidad en ese sentido y que las autoridades locales deberán contar con la documentación aprobada antes de solicitar un pedido. En ese marco es que se está planteando también contar con una plataforma digital de todo el sistema portuario nacional donde el control sobre el medio ambiente es sustancial, agregó. Este registro da lugar a la competencia entre puertos y que la naviera y el cargador pueda discernir entre aquél que tiene los certificados correspondientes y el que quizá no esté tan en regla…
En el primer panel sobre el impacto de las especies exóticas invasoras, expusieron Inés kasulin, representante del ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Evangelina Schwindt, representante del CONICET y parte del proyecto ENEEI, y la subprefecto Mariana Inés Abelando.
En esta cuestión quedó expuesto que ya no sólo se puede tomar como especie invasora exótica el ya famoso “castor” depredador tan difundido en Tierra del Fuego. Cuando se habla de que una imagen vale más que mil palabras, el claro ejemplo lo vemos a través de videos o fotos del daño que causa la dispersión del mejillón dorado en muelles, puertos, tomas de agua y represas. Resulte imposible no quedar alarmados. El tiempo que demanda su limpieza y los costos son enormes. Lo peor es que, según los expertos, su expansión puede prevenirse o mitigarse pero nunca erradicarse.
Kasulin señaló que en la Argentina hay 700 especies exóticas invasoras, es decir organismos que no son originarios del país pero que llegaron, se establecieron y colonizaron ambientes naturales o seminaturales, donde desplazan a las especies nativas. Esto altera la composición y el funcionamiento de los ecosistemas y reduce su riqueza biológica.
Pero también afecta la producción global y las economías regionales, al bajar la calidad de las pasturas que se usan para forraje, disminuir la disponibilidad de agua subterránea, aumentar la frecuencia e intensidad de los incendios e incluso condicionar la producción de energía hidroeléctrica. En esta materia el CPA es un aliado muy interesante para implementar políticas públicas. El mejillón dorado, por ejemplo desde 1991 avanzó 240 kms por año, tapando tomas de agua y represas como las de Salta Grande que demandan enorme cantidad de tiempo y recursos humanos para limpiar las turbinas que se deben detener para dicha tarea.
Schwindt destacó que hay que ser concientes de que la expansión de estas especies requiere un gasto permanente, como un tipo de algas que se expandió desde Puerto Deseado a Mar del Plata, o una especie que se pega a las estructuras portuarias, incluso dos microorganismos han generado casos de marea negra.
Señaló que ante las opciones de no hacer nada o jugar a la “ruleta ecológica”, lo más inteligente es trabajar responsablemente y en conjunto con las entidades que son socias en la solución como en el caso argentino son el Ministerio de Ambiente, el CONICET, la PNA, el Consejo Federal Portuario, y el Consejo Portuario Argentino.
“Tenemos que pasar de muy poco a un sistema que sirva de tamiza para impedir la introducción y expansión de especies de alto riesgo”, dijo. Los países que marcan el rumbo en materia de prevención y acción son Australia y Nueva Zelanda, con normativas estrictas para los buques que hacen comercio internacional. Allí se trabaja sobre especies de alto riesgo haciendo detección temprana con un protocolo para cada especie. En la Argentina, desde el Conicet se trabaja en el establecimiento de redes para la solución de los problemas.
Por su parte Abelando de la PNA señaló que las especies invasoras llegan por el agua de lastre o la contaminación de micro organismos y también que se debe trabajar en la prevención y el control, la erradicación es muy difícil con el Convenio de control y gestión del agua del lastre y sedimentos en los buques que entró en vigor hace unos meses y que en la Argentina está en cabeza de la Prefectura.
Algunos números: son 5 millones de agua de lastre que se transportan en los buques y muchos con microorganismos, algunos de los cuales se instalan en otros puertos. En particular en la Argentina hay 13 zonas de protección donde no se puede derramar el agua de lastre.
En ese sentido se exige un certificado a cada buque, así como un plan de gestión con un registro que tiene la autoridad. Tradicionalmente se exige que el buque haga el desagote en un área a a 200 millas de la costa y 200 mts de profundidad. Destacó además los controles que se hacen al acceder un buque a nuestros puertos como la salinidad de los tanques y que PNA cuenta con laboratorios para desarrollar las muestras. Asimismo una de las reglas es la inclusión para los buques nuevos de una planta de tratamiento. 71% de las especies no invasoras llegan del hemisferio norte.
También desarrolló la cuestión de las incrustaciones en los buques y del acuerdo que se aprobó en la OMI el cual aún Argentina no ratificó.
En la mesa de acciones ambientales en dragado , expusieron Laura Carbones y Silvina Amborsolio del Organismo de Desarrollo Sustentable de la Provincia de Buenos Aires, quienes detallaron algunos cambios respecto a las exigencias en cuanto a las Declaraciones de Impacto Ambiental que se deben presentar a la hora de encarar un dragado.
En ese sentido señalaron que la norma trata de homogeneizar las exigencias ante los pedidos de declaración y se distinguen los pedidos por nuevos dragados respecto de los de mantenimiento. Asimismo se amplía la cantidad de zonas de muestreo en ciertos ámbitos.
También estuvieron en el panel Bob Michta, gerente general en el país de Jan De Nul, líder mundial en materia de obras vinculadas a puertos y desarrollo marítimo, quien mostró el espectacular proyecto de dragado y relleno de toda un área urbana junto al mar en Mónaco, con una geografía reconocida por su escasa superficie. Precisamente allí el desafío fue ganar un área al mar y dragar y rellenar una parte del frente costero respetando condiciones de trabajo y exigencias vinculadas al medio ambiente muy por encima de la media para este tipo de trabajos.
Cerraron el encuentro, el prefecto principal, Roberto Rodríguez, experto en materia de normativas vinculadas a la protección en el mar quien avanzó sobre las normativas sobre manejo de residuos y basura de buques y Marcela Palazzolo, gerente de asuntos legales del Consorcio de Gestión de Puerto La Plata, quien delineó el historial de normativas vinculadas a la jurisdicciones en materia de aprobación de trabajos de dragado. (MEGA TRADE / CPA)
06/06/2018