Según especialistas, el témpano que pesa un billón de toneladas y mide 5.800 kilómetros cuadrados podrá ir rumbo norte hacia el Atlántico Sur y acabar en la plataforma de hielo superficial que rodea las Islas Georgias del Sur. Los detalles
Según especialistas, el témpano que pesa un billón de toneladas y mide 5.800 kilómetros cuadrados podrá ir rumbo norte hacia el Atlántico Sur y acabar en la plataforma de hielo superficial que rodea las Islas Georgias del Sur. Los detalles
Entre el 10 y el 12 de julio de 2017, una gran plataforma de hielo se desprendió del segmento Larsen C de la Antártida. Mide 5.800 kilómetros cuadrados y pesa un billón de toneladas. Un gigantesco iceberg se separó definitivamente de la plataforma de hielo Larsen C. Es más grande que Luxemburgo y tiene mas de 20 veces la dimensión de la Capital Federal.
El desprendimiento -la emancipación continental- del bloque de hielo es un acontecimiento histórico: es uno de los mayores icebergs registrados jamás en la historia. Qué pasará ahora con un inmenso cuerpo de masa sólida a la deriva es uno de los grandes misterios.
¿Hacia dónde se dirige el monumental iceberg que se desprendió de la Antártida? El témpano ya cortó sus lazos con la plataforma antártica. Adrian Luckman, profesor de la Universidad de Swansea y primer investigador del Proyecto Midas que estudió el desprendimiento desde sus comienzos, abona la teoría de su establecimiento: “Puede seguir siendo de una pieza, pero es más probable que se desintegre en fragmentos. Parte del hielo puede permanecer en la zona durante décadas, mientras que otras partes pueden ir a la deriva hacia el Norte, hacia aguas más cálidas”.
Como ya estaba flotando antes de desprenderse, no tendrá un impacto inmediato en el nivel de los océanos. Desde el Servicio de Hidrografía Naval argentino afirmaron, en un comunicado, que el gigantesco témpano “posiblemente quede varado con poco desplazamiento hasta que por efecto de la temperatura, viento y corrientes comience su derretimiento”.
Por su parte, Anna Hogg, experta en observaciones satelitales de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, explicó en diálogo con la BBC cuál será el desplazamiento esperado que adoptará el témpano que recibirá la denominación A-68: “El movimiento de los icebergs está controlado mayormente por los vientos de la atmósfera y las corrientes oceánicas que empujan al bloque de hielo que está por debajo de la superficie del agua”.
El rumbo del iceberg dependerá de la simetría de lecho marino o los accidentes geográficos submarinos. “Los rasgos topográficos importantes, como por ejemplo las pequeñas montañas en el fondo del mar, pueden ser lo suficientemente altas como para hacer que el témpano permanezca en el mismo sitio por un tiempo”, agregó.
En caso de continuar con su desplazamiento original, emprenderá un viaje alrededor del continente antártico al compás de la corriente costera que gira en sentido antihorario de manera ininterrumpida. El viaje demorará años y su derretimiento también. Según la experta, cuando alcance la península de la Antártida seguirá rumbo norte en dirección al Pasaje de Drake, donde se irá disipando.
Los expertos creen que habrá que seguirle el rastro una vez que abandone la península antártica y se fragmente. Una vez que abandone el continente antártico representará un peligro para los navegantes de acuerdo al grado de fragmentación que experimente: menos desmembramiento significará piezas más grandes, más visibles. Fragmentos más pequeños serán imprevisibles para el recorrido turístico de los cruceros, sin ser la zona un afluente de rutas comerciales importantes.
Su destino natural podrá ser la plataforma de hielo superficial que se ubica en el perímetro de las Islas Georgias del Sur, territorio británico de ultramar usurpado a casi 1.400 kilómetros de las Islas Malvinas. Una vez que haya invadido el hábitat representará una amenaza para la vida marina al derramar toneladas de agua dulce por derretimiento o desmembramientos.
Su impacto sería dramático: reduce la temperatura y transforma las corrientes. De acuerdo con el análisis de los científicos británicos, los icebergs son capaces de alterar los ciclos alimentarios de los animales que habitan el ecosistema. (INFOBAE)
14/07/2017