Un método tradicional de la acuicultura que a menudo ha sido elogiado por ser ambientalmente sostenible, en realidad libera emisiones “significativas” de gases de efecto invernadero, determinó un estudio de la Universidad de Oxford.
Un método tradicional de la acuicultura que a menudo ha sido elogiado por ser ambientalmente sostenible, en realidad libera emisiones “significativas” de gases de efecto invernadero, determinó un estudio de la Universidad de Oxford.
El cultivo integrado de peces es común en la acuicultura, y un sistema particular del sur de China que combina la producción de seda con la acuicultura ha sido considerado como un excelente ejemplo de la agricultura multifuncional con un proceso de reciclaje “de circuito cerrado”.
Los residuos orgánicos procedentes de la producción de seda se emplean en los estanques para estimular el crecimiento de fitoplancton, que sirve para la alimentación de los peces. Después se retiran los residuos acumulados en los sedimentos de los estanque y se los usa para fertilizar las moreras, de las que a su vez se alimentan los gusanos de seda.
Un equipo dirigido por el profesor Fritz Vollrath, del Grupo Seda de Oxford, analizó el ciclo de vida de las emisiones de gases de efecto invernadero, y publicará sus resultados en la revista Journal of Life Cycle Assessment.
“Hemos encontrado que la formación de metano en los sedimentos de los estanques puede ser una fuente importante de emisiones causantes del calentamiento global”, señala el profesor Vollrath.
“Hasta ahora, este método de acuicultura de a pequeña escala se ha presentado como un ejemplo brillante de la cultivo ecológico. Pero nuestros resultados sugieren que puede contribuir de manera apreciable, y subestimada hasta ahora, a las emisiones de gases de efecto invernadero antropogénicos”, agrega el profesor.
“El efecto es significativo porque la carpa es el pez más cultivado en el mundo, y por lo general se lo cría en estanques fertilizados”, subraya Vollrath. (Fis.com)
09/09/15