Argentina: desaparición de la Flota Fluvial Argentina

Gremios marítimos denuncian la grave situación. Reclaman al gobierno que active su compromiso.

Gremios marítimos denuncian la grave situación. Reclaman al gobierno que active su compromiso.

Los gremios marítimos integrantes de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval, se encuentran listos para iniciar un plan de lucha en defensa de la recuperación de la bandera en la navegación fluvial de la Argentina. Mientras el presidente Kirchner en forma recurrente habla de la nefasta época del 90, en materia de la pérdida de la bandera nacional solamente se limitó a emitir el Decreto 1010/2004, donde se daba plazo de 2 años para reingresar al pabellón nacional, pero, sin impulsar la nueva Ley de Marina Mercante, se limita a prorrogar el mencionado Decreto, con lo cual los perjuicios ocasionados por la famosa década siguen vigentes.

Los trabajadores embarcados llevan tres años de espera, por lo cual, los gremios que los representan y que enfrentaron desde su inicio las medidas antinacionales del gobierno de Carlos Menem contra la Marina Mercante del país, como paso previo a la puesta en marcha de un plan de lucha, el 3 de abril pasado realizaron una presentación ante el ministro de Trabajo de la Nación, Carlos Tomada, donde consignaron:

‘Los abajo firmantes, en representación de la Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval; Asociación Profesional de Capitanes y Baqueanos Fluviales de la Marina Mercante, el Centro de Patrones Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales, Sindicato de Electricistas y Electronicistas Navales, Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina, y el Sindicato Flota Petrolera e Hidrocarburífera, nos dirigimos a Ud. en su carácter de Ministro de Trabajo, a fin de que tome conocimiento de la grave situación de la Marina Mercante Fluvial Nacional y de la prontas y extremas medidas que debemos emprender en defensa de los puestos de trabajo de nuestros afiliados, amenazados por un desplazamiento de los buques hacia países hermanos del MERCOSUR, que deviene en la sustitución de los tripulantes nacionales por foráneos para realizar la navegación de cabotaje.

Hemos contemplado con real estupor la desintegración de la marina mercante a partir del año 1989, con su punto culmine con la sanción del Decreto 1772/1991, por el cual se estableció el cese provisorio del pabellón nacional y su sustitución por banderas de conveniencia cuya provisoriedad se mantuvo por casi 15 años redundando en despidos masivos de los trabajadores del sector y la extranjerización de la jurisdicción laboral, vulnerando así todo viso de derecho laboral local a bordo de los buques.

Luego de intensos años de lucha para reconquistar nuestro lugar, la luz de esperanza se vislumbró con la sanción del Decreto 1010/2004, puntapié inicial para recrear una marina mercante nacional digna, con efecto multiplicador sobre la industria naval y servicios conexos, y por el cual se otorgaba una plazo de dos años para reingresar los buques al pabellón nacional, pero lamentablemente, una vez vencido el plazo y no habiéndose legislado sobre el destino de la Marina Mercante Nacional, se prorrogó el plazo original de 2 años por uno indefinido hasta tanto se sancione la tan esperada ley de Marina Mercante.

Esta circunstancia es asimilable a un bacheo jurídico, tapando agujeros legales, brinda soluciones temporarias muchas veces de tono superficial, pero no de fondo, que en poco tiempo van generando nuevas complicaciones coyunturales que siguen agravando la actual situación.

Por ejemplo, en este momento tenemos una nueva fuga de la bandera nacional a pabellones extranjeros, atentando directamente contra las fuentes de trabajo de nuestros afiliados, mediante la cual, las empresas locales y de supuesto capital nacional, trasladan sus buques a países de bandera complaciente, y más específicamente a la de la hermana República del Paraguay, sustentándose en argumentos que genéricamente se los puede identificar como de usufructo de las actuales asimetrías existentes en la Hidrovía Paraguay-Paraná.

Asimetrías que en forma muy sintética se pueden enumerar como de tipo:

– Impositivo: Legislación mas benevolente, incluso ofreciendo beneficios, para el matriculado de embarcaciones en otros países de la Hidrovía. Mayor carga impositiva del combustible en nuestro país para el uso local.

– Administrativo: Otros países tienen mayor sencillez en la matriculación y habilitación de embarcaciones. Menores aranceles de importación de buques usados. Inspecciones técnicas por debajo de los estándares internacionales (pero si aplicados por nuestra Prefectura Naval). La República del Paraguay mantiene una reserva de carga nacional, evidenciando una diferencia interpretativa respecto a lo establecido en el Acuerdo de Transporte de la Hidrovía.

– Laboral: Nuestro mayor desarrollo sindical comparativo dentro de la región brinda mayores beneficios en nuestros trabajadores pero también mayores costos para los armadores. Asimismo para preservar la seguridad náutica y de la navegación en la Hidrovía la formación y capacitación demandada por nuestro país es significativamente mayor que la de nuestros vecinos.

Y que se suman a hechos aislados que también dificultan el desenvolvimiento del sector como por ejemplo la imposibilidad de acogerse a la tolerancia del 2 y 4% en las declaraciones aduaneras para los graneles líquidos y sólidos no precintados. (Decreto 343/2005) o al establecimiento unilateral por parte de la República del Paraguay de un visado consular para los manifiestos de carga con destino a dicho país. Todas acciones que justifican el pasaje de bandera y que atentan contra la protección de la mano de obra nacional.Vea Sr. Ministro, que un país como Argentina, de más de 4.000 kms. de frente marítimo y que más de 1.500 kms. de la Hidrovía bañan las costas nacionales, va perdiendo lo que queda de una marina mercante destinada al comercio interno de cabotaje en manos de un Estado de carácter mediterráneo como lo es la República del Paraguay, por poseer un sistema impositivo, aduanero y de estado rector del puerto complaciente y una legislación laboral marítima que reconoce mínimos derechos en comparación con la de esta República Argentina. En consecuencia se da un cóctel de condiciones jurídicas muy por debajo de los estándares internacionales y del mismo MERCOSUR. La evidencia de ello, es que previamente los supuestos barcos argentinos emigraron hacia la bandera boliviana, pero por la aplicación de un sistema proteccionista impulsado por el Sr. Presidente de la República de Bolivia, Evo Morales, la bandera boliviana para el tráfico de la Hidrovía en jurisdicción argentina dejó de ser beneficiosa y los armadores miraron con buenos ojos adoptar la bandera de la República del Paraguay.

Esto no significa que la Argentina esté a la vanguardia, pues los armadores no han adoptado ni la bandera de la República Federativa del Brasil, ni de la República Oriental del Uruguay, ni de la República de Chile, ni de la República Bolivariana de Venezuela, como miembros del MERCOSUR, con amplias facultades para ejercer la navegación por el Paraná, sino que han adoptado la que circunstancialmente les resulta mas favorable, como en algún momento y luego de la crisis y pesificación de la economía nacional -y vigente aún el Decreto 1772/91- resultó ser mas barato y conveniente retornar a la bandera Argentina que permanecer entre otras en la Panameña o Liberiana, que manejaban salarios dolarizados, o posteriormente utilizar la de la República de Bolivia como se explicara en el párrafo anterior.

Cabe recordar a esta altura que el MERCOSUR, es una puerta de entrada a un sistema de unidad regional, un bloque comercial y cultural para ser en conjunto mas fuertes en el mundo, reinando en igualdad de condiciones y oportunidades para adentro, con eliminación de aranceles aduaneros internos de la región, aunque hoy solamente sea un espacio de libre circulación de bienes y personas, sin arribar a una homogeneización de normas tributarias, aduaneras y laborales, en definitiva nos encontramos a los albores de esta aspiración regional.

En definitiva compañero, es nuestra misión y la suya como dirigentes sociales impedir el oportunismo y evitar la migración de capitales para aprovecharse y explotar un mercado y recursos que deben ser objeto de protección nacional y posteriormente regional en el ámbito del MERCOSUR brindando igualdad de condiciones.

Es por ello que, sin perjuicio de la iniciativa en que estamos también participando junto con otros compañeros del sector sindical y con la participación de cámaras del ámbito armatorial, estamos emprendiendo distintas acciones sindicales desde movilizaciones hasta el corte de alguna vía navegable con la finalidad de tener una entrevista personal con el Sr. Presidente de la Nación, Dr. Kirchner, para explicarle la gravedad de esta situación y el rumbo equivocado que estamos llevando, y que el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto intervenga solicitando a la República del Paraguay el cumplimiento de lo establecido por el Acuerdo de Transporte de la Hidrovía Paraguay-Paraná y del MERCOSUR para minimizar las actuales asimetrías y de este modo permitir que la Prefectura Naval Argentina continúe y extienda sus actuales exigencias técnicas a todos los buques que navegan por la hidrovía, en procura de mantener una vía navegable cada día mas segura. De igual modo se pida al Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios -Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, para que deniegue el otorgamiento de Waivers (permisos) a buques de empresas nacionales que salieron de la matrícula argentina, y adoptaron banderas de conveniencia y luego solicitan estos permisos extraordinarios para ejercer el cabotaje nacional, tripulando los buques con personal extranjero.

Requerimos por su gestión, para que se adopte toda otra medida que estime conveniente para evitar la pérdida de los puestos de trabajo de nuestros afiliados, que en la actualidad resultan hasta grandes contribuyentes y cuyo destino pudieran ser, de mantenerse las actuales tendencias, el de beneficiarios de planes sociales, pues cuando se pierde un barco, son oportunidades de trabajo que también se pierden y no regresan jamás. Todo ello por la pasividad, inacción y permisividad, creemos que involuntaria del Estado, en perjuicio de los trabajadores del sector y de la Marina Mercante Nacional en general.

Sr. Ministro, esperamos que sepa entender la gravedad de los hechos expuestos y las medidas extremas que tomaremos, ya que no es un reclamo salarial ni mucho menos en contra de los armadores nacionales, sino que es en defensa de los intereses de la Nación, fuentes de trabajo genuinas, igualdad de condiciones de participación para las empresas armadoras argentinas en el MERCOSUR y evitar el vaciado de las arcas de la Nación por pérdida de flete. Demás está solicitarle su participación y agradecerle desde ya sus buenos oficios.

Esperando un pronto accionar de su parte, lo saludan muy atentamente Cayo Ayala, Federación Marítima, Portuaria y de la Industria Naval; Ariel Delgado, Asociación Profesional de Capitanes y Baqueanos Fluviales de la Marina Mercante; N. Corti, Centro de Jefes y Oficiales Maquinistas Navales; Juan Carlos Pucci, Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo; Pascual Alessi, Sindicato de Conductores Navales de la República Argentina; Enrique Venturini, Sindicato de Electricistas y Electronicistas Navales; Alberto José Virasoro, Sindicato Flota Petrolera e Hidrocarburífera.

03/05/07
ARGENPRESS

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