Refutan tesis sobre baja rentabilidad del cultivo de microalgas para biocombustibles (Chile)

Cristián Agurto, del Grupo de Biocombustibles Algales del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción.

Cristián Agurto, del Grupo de Biocombustibles Algales del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción.

El doctor Cristián Agurto, del Grupo de Biocombustibles Algales del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción (UDEC), manifestó su desacuerdo con el  artículo publicado el 22 de agosto de 2008 por AQUA.cl, denominado "Expertos consideran poco rentable cultivo de microalgas para biocombustibles", el cual fue obtenido desde el sitio estadístico de pesca y acuicultura de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Globefish.

A continuación, sus comentarios:

"No cabe duda que el agotamiento de las reservas mundiales de los combustibles fósiles en asociación con las alzas en los precios de estos (> US$135/barril en julio de 2008), han afectado fuertemente al sector energético y productivo de nuestro país. Esta situación ha motivado a debatir sobre la inversión en investigación y desarrollo de nuevas fuentes de energía que permitan diversificar la altamente dependiente matriz energética de Chile. En este sentido, una de las posibles fuentes de energía renovables, son los biocombustibles (biodiésel y bioetanol) a partir de microalgas.

Las microalgas presentan características promisorias como potencial materia prima para la producción de biocombustibles, particularmente biodiésel, considerando que desde los años ‘50 (First Mass Culture Project at MIT, EE.UU.) y formalmente desde la década del ‘70 (Aquatic Species Program: Biodiesel from Algae, NREL, EE.UU.) y hasta la fecha se trabaja constantemente y en diversos países (Estados Unidos, Israel, España, Nueva Zelandia, Australia, Alemania, Holanda, etc.) en la optimización de las ventajas y minimización de las desventajas asociadas a la producción de biocombustibles, utilizando microalgas como materia prima. Es por esta razón, que el Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción (CB-UdeC) también ha decidido fomentar y fortalecer este tópico tecnológico muy poco desarrollado en Chile.

Las microalgas pueden ser encontradas en casi todos los ambientes (por ejemplo: océanos, lagos, ríos, pantanos, etc); estos organismos unicelulares tienen la misma capacidad que las plantas vasculares de convertir la luz solar en energía química mediante la fotosíntesis. Algunas especies de microalgas son capaces de canalizar esta energía química hacia la biosíntesis de lípidos, los cuales son una excelente fuente para la producción de biodiésel, el cual es altamente biodegradable, no es tóxico y no emite SO2. La estructura unicelular de las microalgas es muy eficiente en el uso de la luz, absorción de nutrientes y CO2.

Tanto, que el crecimiento de las microalgas y la productividad de aceites son entre 30 a 100 veces más alta que las cosechas de soya (Chisti 2007). Además, la producción de microalgas no compite con la agricultura tradicional, usan 99% menos agua que la agricultura convencional y pueden estar localizadas en terrenos no aptos para la agricultura como, por ejemplo, el desierto chileno. A diferencia de las plantas vasculares, en las que usualmente sólo la semilla es aprovechada para la producción de aceite, en las microalgas el organismo entero (toda la célula) puede ser aprovechado para este fin. Por lo tanto, su pequeño tamaño celular (<30 µm) y su naturaleza acuática, las hacen ideales para sistemas de producción a escala industrial, pudiendo crecer en altas concentraciones de dióxido de carbono (CO2) y dióxido de nitrógeno (NO2), los cuales son residuos contaminantes provenientes de la industria pesada.

En representación del Grupo de Biocombustibles Algales del Centro de Biotecnología de la UdeC, quisiera manifestar algunos comentarios referentes al artículo publicado el  22 de agosto de 2008, denominado "Expertos consideran poco rentable cultivo de microalgas para biocombustibles", el cual considero carente de fundamentación científica y presenta errores en la interpretación de la información citada.

Como sostiene el artículo en cuestión, las conclusiones presentadas a nombre del Sr. Piccolo fueron mal interpretadas y omiten información bibliográfica y aspectos vitales, para una mejor comprensión del tema. Tony Piccolo del Fish Utilization and Marketing Service (FIIU) en su informe "Aquatic Biofuels" de mayo de 2008, no concluye que la producción actual de microalgas para la generación de biocombustibles no es una solución a la dependencia de los combustibles sólidos (fósiles), debido principalmente a los costos necesarios para el mantenimiento de los cultivos, sino que concluye que: "los recursos acuáticos, haciendo referencia a las microalgas y a los desechos de pescados (fish-waste) que producen energía limpia pueden no ser la solución total de las necesidades y demandas energéticas del mundo (conclusión lógica), pero sí ofrecen realmente una solución parcial, que no interfiere con la producción y los costos de los alimentos y, lo más importante, no pone en riesgo la seguridad de estos últimos. Además, constituyen fuentes de energía que no aportan CO2 extra a la atmósfera, por lo tanto, su producción y utilización  tiene poco o ningún impacto negativo en el ambiente".

Si bien es cierto, Piccolo (2008) sólo repite lo planteado por los mundialmente prestigiosos investigadores en el tema como Yusuf Chisti (investigador colaborador nuestro) y John R. Benemann, quienes mencionan que los costos para cultivos de microalgas en fotobiorreactores (FBRs) son relativamente mayores a los de raceways o piscinas. No obstante, ellos también indican comparativamente que la biomasa producida en FBRs es tres a cinco veces mayor y libre de contaminación que en raceways. Por lo tanto, una alta inversión inicial para FBRs podría ser recuperada durante un periodo de tiempo definido, dependiendo de los objetivos de la planta productiva, sobre todo considerando que la mayoría de estos proyectos de escalamiento industrial (a la fecha aún pilotos) consideran estratégicamente valorizar todos los coproductos del proceso (por ejemplo los bonos de carbono por medio de la mitigación de CO2 industrial) y subproductos de la biomasa remanente (por ejemplo: bioetanol, pigmentos, proteínas, vitaminas, aminoácidos esenciales) operando bajo el modelo de bio-refinería.

En general, las dificultades asociadas a la producción de biodiésel de microalgas son bien conocidas  y asumidas como interesantes desafíos para nuestro grupo. Benemann, en 2007 y 2008, concluye que uno de los desafíos fundamentales no es producir aceite (para biodiésel) de microalgas, sino que producir microalgas con altas concentraciones de  aceite y, por ende, cómo optimizamos la cosecha y la extracción del aceite desde ellas. Por lo tanto, John Benemann como Yusuf Chisti reiteran que es necesario invertir en grupos multidisciplinarios y en proyectos I+D que se focalicen sus esfuerzos en la ingeniería genética, metabólica, de fotobiorreactores y tecnología extractiva, tal como lo esta haciendo activamente el Grupo de Biocombustibles Algales del Centro de Biotecnología UdeC. Este esfuerzo no atañe tan sólo a los investigadores, sino que también, al Gobierno y al sector productivo publico-privado, en un tema tan relevante para la sociedad chilena de hoy y del mañana".

16/09/08
AQUA – CHILE

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