(FNM) Los 29 miembros consultivos del Tratado Antártico reafirmaron unánimemente el pasado miércoles, su compromiso con la prohibición de las actividades mineras en la Antártida. Algunos de esos países, empero, permiten y promueven, el mismo tipo de actividades en el igualmente frágil y crítico ambiente del Ártico.
(FNM) Los 29 miembros consultivos del Tratado Antártico reafirmaron unánimemente el pasado miércoles, su compromiso con la prohibición de las actividades mineras en la Antártida. Algunos de esos países, empero, permiten y promueven, el mismo tipo de actividades en el igualmente frágil y crítico ambiente del Ártico.
En el marco de la XXXIXa Reunión Consultiva en el Tratado Antártico (RCTA), llevada a cabo en Santiago de Chile, el grupo acordó una resolución que establece su “firme compromiso” por conservar y continuar implementando la prohibición, como una “cuestión de máxima prioridad”. La medida es parte del Protocolo de Protección Ambiental del Tratado Antártico, también conocido como Protocolo de Madrid.
La resolución fue propuesta por los Estados Unidos para conmemorar el 25º aniversario de la firma del Protocolo (1991).
La resolución apunta también a responder a informes de prensa inexactos que sugieren que el Protocolo “expira” en 2048. En realidad, esa es la fecha en que sería posible requerirse una revisión del Protocolo
“Se especula frecuentemente con que los países involucrados en la gobernanza de la Antártida tienen pensado revisar y cambiar el Protocolo en 2048 para permitir la minería”, explica Claire Christian, Directora Ejecutiva Actuante de la Coalición Antártica y de los Océanos Australes, organización que representa a ONGs ambientalistas en el RTCA. “Esta resolución envía un claro mensaje de que no es ese el caso, y que las Partes se mantienen firmes en su compromiso de que preservar el continente como un lugar de paz y ciencia es más importante que las posibles ganancias financieras”.
El Protocolo es un acuerdo de referencia en materia de protección ambiental, que demanda estrictas reglas y procedimientos para conducir actividades en la Antártida. Antes de la firma del Protocolo, las partes del Tratado Antártico negociaron un acuerdo para regular la minería en la Antártida. Sin embargo, el acuerdo nunca llegó a entrar en vigor.
El Protocolo contiene muchas disposiciones importantes, aunque la prohibición de la minería es especialmente crítica, dado que no habría forma de realizar actividades de extracción de minerales sin causar daños irreversibles a uno de los últimos grandes espacios naturales, afirma Christian.
La Reunión también emitió la “Declaración de Santiago en el Vigésimoquinto Aniversario de la firma del Protocolo de Protección Ambiental del Tratado Antártico”, en la que las Partes Consultivas confirmaron su compromiso con los objetivos y propósitos del Tratado Antártico y su Protocolo Ambiental, y se comprometieron a redoblar sus esfuerzos por preservar y proteger los medioambientes antárticos terrestres y marinos y sus ecosistemas asociados.
La RCTA también discutió el cambio climático y el turismo en la Antártida, dos cuestiones con implicancias para la protección ambiental de la región. Ante la información que indica que el cambio climático y la acidificación ya están impactando en el continente y sus ecosistemas, el Sistema del Tratado Antártico se ha venido enfocando crecientemente en el desarrollo de modos de monitoreo y respuesta al cambio climático.
En tal sentido, se desarrolló un taller conjunto entre el Comité de Protección Ambiental del RCTA y el Comité Científico de la Comisión Para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCRVMA). El taller reconoció que las áreas protegidas marinas y terrestres pueden servir como ámbitos de referencia científica importantes, que pueden incrementar el conocimiento de los impactos del cambio climático.
La RCTA discutió también las cifras del turismo, que prometen alcanzar su máximo histórico el año próximo. (Fuentes: MarEx y propias. Traducción y adaptación por NUESTROMAR)
04/06/16