22 de enero de 1940: unidades de la Armada Argentina ponen proa a Malvinas

(FNM) Tres aviones de la Aviación Naval llegan a las Malvinas desde el continente en un vuelo épico, afirmando la soberanía argentina en el archipiélago usurpado, durante la segunda guerra mundial.

(FNM) Tres aviones de la Aviación Naval llegan a las Malvinas desde el continente en un vuelo épico, afirmando la soberanía argentina en el archipiélago usurpado, durante la segunda guerra mundial.Corría el año 1940 y ya se estaba desarrollando la Segunda Guerra Mundial. Por entonces la Argentina había adoptado una actitud de neutralidad, sin embargo a fines de 1939 el estuario del Plata había sido escenario del combate entre tres buques ingleses y el acorazado de bolsillo alemán Admiral Graf Spee, en lo que se conoció como la batalla del Rio de la Plata.


Quizás valga la pena recordar que ese buque llevaba el nombre de un Almirante alemán, que luego de derrotar a la Flota inglesa en aguas chilenas en la batalla de Coronel, se había destacado con una División Naval con la intención de destruir la estación radiotelégráfica y otras facilidades militares y logísticas de las islas Malvinas y, en lo posible, de adueñarse de los depósitos de carbón existentes, mineral necesario para alimentar las calderas de sus buques.


Así fue que el 8 de diciembre del año 1914 en horas de la tarde donde se produjo un combate naval en proximidades de Puerto Argentino (Stanley) de resultas del cual fueron hundidos los cruceros alemanes Leipzig,  Nuremberg, Scharmhost, Gneiseau y dos buques carboneros de apoyo, por buques ingleses al mando del Vicealmirante Sir Frederick D. Sturtee. Se trataba de los cruceros Kent, Glasgow, Conwall, Inflexible, Invincible y Carnarvon. En la batalla muere el Comandante alemán Almirante  Conde Ferdinan Johannes Maria Hubert Graf  Von Spee y sus dos únicos hijos varones junto a mil ochocientos catorce tripulantes. La cantidad de buques empeñados da una idea de la magnitud del combate, sin contar que la cantidad de bajas alemanas fue casi similar a la de la población isleña.


En diciembre de 1939 luego de la batalla del Rio de la Plata los tres buques ingleses participantes, cruceros Exeter, Ajax y Achilles se dirigieron a Malvinas a fin de desembarcar heridos y someterse a variadas reparaciones.


Así fue que, las aguas argentinas, en el inicio de ambos conflictos Mundiales fueron escenario de grandes combates navales, protagonizados por beligerantes de ambos bandos, lo cual desde ya afectaba la actitud neutral de nuestro País, a la vez que refleja la importancia estratégica  del archipiélago Malvinas en el control de las aguas del Atlántico Sur, tanto por su posición geográfica como por sus facilidades logísticas.


En ese sentido, quien ejercía el cargo de Presidente de la Nación en 1940, Dr. Ramón Castillo, ordena al Ministro de Marina, Almirante León Scasso, la realización de vuelos de Patrullado Marítimo con el fin de realizar tareas de Control del Mar en aguas jurisdiccionales argentinas.


 



Incorporación de los aviones Consolidated P2Y-3 A Ranger a la Armada Argentina


 


Así fue que se forma una División Naval de buques de superficie que apoyaría un vuelo de tres aviones navales, que se destacarían desde la  Bahía Uruguay, en Puerto Deseado, hacia las Malvinas. Este hecho ocurrió el 22 de enero de 1940, cuando tres aviones Consolidated P2Y-3 A Ranger, al mando del entonces Teniente de Navío Dn. Salustiano Mediavilla despegaron de Bahía Uruguay, en cercanías de Puerto Deseado a fin de cumplir con la misión ordenada por el Poder Ejecutivo Nacional.


En este punto del relato creemos que vale la pena mencionar que estos aviones eran “hidros”, es decir sólo operaban desde superficies acuáticas, eran de gran alcance y modernos para la época, llevaban incorporados a la Armada Argentina poco más de un lustro. El sólo hecho de operar desde Bahía Uruguay supuso un esfuerzo logístico muy grande para montar las necesarias facilidades y de esa forma asegurar el éxito con que culminó la tarea.


 



Teniente de Navío Salustiano Mediavilla


 


El rastreador A.R.A. Bouchard y los torpederos A.R.A. Cervantes, A.R.A Garay, A.R.A. Mendoza y A.R.A. La Rioja sirvieron de apoyo al vuelo en su derrota hacía Malvinas, sin duda una muestra de la capacidad naval de la época en apoyo de la política exterior de la Nación.


La actividad fue ordenada con un alto grado de reserva, de resultas de lo cual las fuentes bibliográficas de consulta no aportan mucha información de esta hecho histórico tan relevante, que constituye un jalón más en los esfuerzos argentinos en mostrar al mundo el ejercicio de nuestros derechos soberanos sobre las islas Malvinas.


Los aviones se destacaron desde su asiento en la Base Aeronaval de Puerto Belgrano hacia la Estación Aeronaval Auxiliar Bahía Uruguay, constituida para este cometido el 19 de enero de 1940. En la madrugada del 22 de enero levantaron vuelo y se dirigieron hacia las Malvinas, para lo cual contaron con apoyo en su navegación -y meteorólogico- de los buques mencionados los que fueron sirviendo de puntos de referencia en el mar. El vuelo de 3 Rangers recaló en las islas Malvinas, en el extremo noroeste en el archipiélago de las Sebaldes, el cual fue reconocido fotográficamente, realizándose además al regreso, ejercitaciones con los buques que sirvieron de apoyo durante el traslado.


En el regreso y dado que los aviones contaban con suficiente autonomía, se decidió no acuatizar en Bahía Uruguay y se continuó el vuelo directamente a la Base Aeronaval  Puerto Belgrano, donde los tres hidroaviones acuatizaron luego de ocho horas de vuelo, sin contratiempo alguno.


Esta misión sirvió para ponderar la capacidad operativa de la Armada Argentina de la época en tareas de Control del Mar, ante la eventualidad de una escalada del conflicto mundial en nuestras costas.


El Conflicto de 1982 puso de manifiesto que una de las menores distancias para llegar en vuelo a las Islas  Malvinas era desde Puerto Deseado, cosa que nuestros mayores nos había enseñado en este vuelo memorable y poco conocido.



Fotos Instituto Aeronaval


 


Entre 1940 y 1982 la Armada Argentina realizó otras actividades con medios aéreos en la zona de Malvinas, principalmente con aviones Albatros y Neptune, lo cual demuestra que nuestras islas eran un escenario de operación posible y donde se fue sumando experiencia que fue materializada en el momento del Conflicto.  Así nuestras islas estuvieron presentes en los Planes Navales durante muchas décadas como una posibilidad cierta de operación futura.


Esta actividad del año 1940 sin duda es poco conocida y si bien fue realizada por la Armada Argentina no fue otra cosa que la materialización de la política exterior de la Nación, rol fundamental en el quehacer naval desde la existencia misma de esta Institución que, como otras tantas expresiones del estado argentino contribuye a preservar los Intereses Marítimos de la Patria.


A poco más de siete décadas de este hecho recordamos el esfuerzo y profesionalismo de estos hombres de mar, que con medios y tecnología muy diferentes a los de hoy, realizaron una tarea que los puso al límite de su capacidad, venciendo todos los obstáculos que se le presentaron en el camino. Hoy la tecnología ha cambiado y las cosas parecen ser más fáciles,  pero sin la vocación de servicio de entonces que iluminaba a los hombres de nuestra Armada, y hoy a sus hombres y mujeres por igual,  no sería posible ni trascendente su diario quehacer en pos de preservar los supremos intereses de la Nación Argentina.


 



Lámina del Ranger realizada por Carlos Boisen. (Instituto Aeronaval)


 


Rafael Luis Sgueglia.  Presidente del Instituto Aeronaval


21/01/12



NUESTROMAR

Compartir nota en redes...

Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
Scroll al inicio