Comenzaron con un barco viejo e inauguran una planta de pescado

Jóvenes emprendedores de San Antonio Oeste, en la provincia de Río Negro , invirtieron $2 millones en una planta pesquera que se inaugurará la próxima semana. Aunque iniciarán sus tareas atendiendo el mercado interno, el objetivo a corto plazo está puesto en las exportaciones.

Jóvenes emprendedores de San Antonio Oeste, en la provincia de Río Negro , invirtieron $2 millones en una planta pesquera que se inaugurará la próxima semana. Aunque iniciarán sus tareas atendiendo el mercado interno, el objetivo a corto plazo está puesto en las exportaciones.

  
Juan Manuel Poligledu, de 27 años, y su hermano Santiago, de 24, son los impulsores de la Cooperativa 16 de Abril que a fin de mes estará empleando a cien personas en el frigorífico. “El origen es un emprendimiento familiar que se hizo con mucho sacrificio -cuenta Juan Manuel a LA NACION-. Arrancamos con un barco chico que se llama San Cayetano que era de mi papá y estaba abandonado , lo pudimos arreglar y sacarlo a pescar en el 2013; en el 2015 pudimos comprar el San Salvador II en Mar del Plata “.

Lo fueron a buscar y lo llevaron a San Antonio pero se les complicó el plan por los problemas para el abastecimiento de hielo para los barcos así que los Poligledu construyeron una fábrica de hielo en escama en un predio en el puerto de la localidad. El paso siguiente fue la cooperativa.

“Es un proyecto grande para darle valor agregado a nuestro producto y exportarlo y, además, tendrá impacto local ya que dará trabajo a 100 personas en forma directa”, resume. Hasta ahora con los dos barcos vienen pescando en el Golfo San Matías merluza y variado en invierno y, en verano, langostino que venden a frigoríficos locales.

En Río Negro las licencias de pesca son de los frigoríficos y esa es una de las causas que impulsó la decisión de invertir en uno. “Queremos comercializar lo nuestro. Las posibilidades de exportación, con el actual tipo de cambio, son muy buenas tanto para la merluza como para el langostino y ahí tenemos puesta la mirada”, explica.

El frigorífico -con capacidad para procesar unos 70.000 kilos diarios- está instalado con compresores de primera calidad para garantizar el frío de exportación. “El merluzón del Golfo San Matías tiene muy buena demanda de Brasil y de la Unión Europea y ese es nuestro próximo paso”.

Poligledu señala que con el actual tipo de cambio, es “más negocio” exportar que vender en el mercado local. Afuera, el kilo de filete congelado se paga unos tres dólares ($120 pesos) frente a los $95 en promedio que se vende internamente. El kilo de merluza entera a los pescadores se paga unos $20.

“Para nosotros es un salto muy importante; le daremos valor agregado a nuestro producto. Nos arriesgamos y pensamos que nos va a ir bien”, añade. (Gabriela Origlia – LA NACION)

06/02/2019 #NUESTROMAR

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