EE.UU.: La Ley Jones sigue siendo un obstáculo fundamental para el transporte de cabotaje a gran escala

La arcana ley americana que es protegida por poderosos intereses causa la demente congestión del tráfico. La llamada “Jones Act”, mantiene el monopolio del transporte de cargas de cabotaje en buques de propiedad de estadounidenses, construidos en Estados Unidos y operados por estadounidenses, para transportar mercancías entre puertos de los Estados Unidos.

La arcana ley americana que es protegida por poderosos intereses causa la demente congestión del tráfico. La llamada “Jones Act”, mantiene el monopolio del transporte de cargas de cabotaje en buques de propiedad de estadounidenses, construidos en Estados Unidos y operados por estadounidenses, para transportar mercancías entre puertos de los Estados Unidos.

 

Una autopista de los EEUU, la Carretera nro 5 en California, está experimentando una severa congestión. Para muchos estadounidenses, la experiencia de conducir en una carretera costera como la “Interstate 5” en California puede ser una pesadilla para esquivar los enormes camiones que transportan carga entre ciudades de los Estados Unidos.

En Europa, no es así. Es porque durante décadas, los países europeos concentraron los transportes hacia el mar en vez de usar caminos para transportar mercancías a través del continente. De hecho, más del 40% de las cargas domesticas de Europa se transportan a lo largo de las denominadas “carreteras marítimas”. En los Estados Unidos, sólo un magro 2% de las cargas domesticas que mueven entre cuarenta y ocho estados, viajan por agua, aunque la mitad de la población vive cerca de la costa.

Una de las grandes razones por qué es así, es una oscura ley, promulgada justo después de la Primera Guerra Mundial, llamada “Jones Act”, que mantiene el monopolio del transporte de cargas de cabotaje en buques de propiedad de estadounidenses, construidos en Estados Unidos y operados por estadounidenses, para transportar mercancías entre puertos de los Estados Unidos. Este monopolio está diseñado para apoyar a la Marina Mercante de los EEUU.

Se estimaba que permitir que los buques extranjeros trasladen mercancías entre puertos estadounidenses dañaría los astilleros estadounidenses y causaría una disminución en la flota de buques de bandera de EEUU, lo que pondría al país en peligro en tiempos de guerra. También estaba diseñado para asegurar que Estados Unidos tenga muchos barcos para realizar el comercio internacional.

El problema es que esas maniobras legales hicieron poco para proteger la industria naviera estadounidense. El costo es prohibitivamente caro, y los EE.UU. construyen muy pocos barcos y desde hace mucho tiempo entregó la industria a Corea, China y Japón. En 2011, había sólo cinco astilleros públicos en los EE.UU. y 20 de empresas privadas. Según un reciente estudio, hoy hay alrededor de 171 buques de dueños estadounidense y de bandera de los Estados Unidos. Sólo 93 de ellos califican para la “Jones Act”.

“La Ley Jones sigue siendo un obstáculo fundamental para el transporte de cabotaje a gran escala entre los puertos estadounidenses”

La Ley Jones ha tenido un impacto, pero no el pretendido, porque hizo que el transporte por mar entre los puertos de Estados Unidos es extremamente caro. Tan caro, que de hecho, algunos criadores hawaianos todavía mandan vacas al continente por avión, antes de traerlos por barco. Estos altos costos no sólo hacen que los estadounidenses compren las mercancías más caras, sino que también alientan el transporte de mercancías por camiones, que aumentan la congestión en las carreteras, aumentan la contaminación del aire y degradan la infraestructura del país.

Según un informe de la Universidad de Tufts, las significativas restricciones de la “Ley Jones” aumentan el costo de los bienes comprados por los estadounidenses, desde las naranjas de la Florida, al carbon de Virginia Occidental y los cereales para alimentar el ganado en California. En gran parte debido a la Ley Jones, recibir petróleo de Texas en Boston cuesta tres veces más que recibirlo de Europa.

La “Comisión de Comercio Exterior de los Estados Unidos” calcula que la revocación o una “enmienda” de la Ley Jones podría ahorrar a los Estados Unidos entre $ 5 y $ 15 mil millones de dolares. “La Ley Jones sigue siendo un obstáculo fundamental para el transporte marítimo a gran escala entre los puertos de los Estados Unidos”, dijo Rockford Weitz, Director del Programa de Estudios Marítimos Fletcher y co-autor del estudio Tufts.

Según Weitz, hay muchas oportunidades perdidas para “construir una ruta de navegación costera” en los EE.UU. que sacaría miles de camiones de las rutas. El camión representa sólo el 10% de las millas recorridos por los vehículos en las carreteras de Estados Unidos, pero representa más del 75% de los costos totales de mantenimiento según las autoridades de Administracion Federal de Carreteras.

Los viajeros estadounidenses que viajan diariamente largas distancias entre su residencia y su lugar de trabajo, pasan 6,9 mil millones de horas demasiado en la carretera cada año a causa del tráfico. Para los residentes de Hawai, Alaska y Puerto Rico, que dependen todos en gran medida del transporte por mar, la Ley Jones ha sido particularmente oneroso.

Puerto Rico declaró recientemente su bancarota y la Ley Jones ha jugado un importante papel en la incapacidad de la isla para cumplir con sus obligaciones de deuda. En Hawai, un galon de leche puede costar $ 8 o más, más de tres veces lo que cuesta en general en la parte continental. Se han realizado varios esfuerzos en los últimos años para derogar o modificar la Ley Jones, casi siempre en vano.

Un feroz crítico de la ley es el senador de Arizona John McCain, que ha reclamado que “una ley anticuada ha obstaculizado por demasiado tiempo el libre comercio, hizo nuestra industria menos competitiva y elevó los precios para los consumidores estadounidenses.” Los defensores de la Ley Jones, incluida la Asociación Marítima de América, una coalición de intereses que se benefician de la ley, dicen que preserva los empleos y protege la seguridad nacional.

El grupo, el cual incluye varios sindicatos marítimos, como la Unión Internacional de Estibadores y Almacenes, ha demostrado ser una fuerza formidable para prevenir cambios a la Ley Jones. “Los astilleros de América proporcionan un elemento de nuestra base industrial de defensa y seríamos una nación mucho más débil sin ellos”, dijo Tom Allegretti, presidente de la Asociación Marítima de Estados Unidos.

Los oponentes de la ley, como el senador McCain, sugieren que el grupo está siendo meramente proteccionista. “El poder de este lobby marítima es tan poderoso como cualquier otro o cualquier organización con la que he topado en mi carrera política”, dijo el senador McCain en 2014 después de su esfuerzo para revocar el acto fue rechazado.

Pero volvamos al tráfico. Los viajeros estadounidenses que viajan diariamente largas distancias entre su residencia y su lugar de trabajo, pasan 6,9 mil millones de horas demasiado en la carretera cada año a causa del tráfico. Y deben comprar un extra de 3,1 mil millones de galones de combustible cada año debido a la congestión del tráfico. A lo largo de las carreteras del país costera como la I-95, I-5 y I-10, el viajero promedio pasa más de 50 horas al año en tráfico.

Mientras tanto, la infraestructura actual del país apenas puede manejar el tráfico (tanto de carga como de pasajeros) que transita por las carreteras. Carreteras y puentes gimen y se desmoronan bajo el peso cada vez mayor puesto en ellos para transportar mercancías y personas hacia arriba y abajo de las carreteras costeras. Un informe de 2017 de la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles dice que la infraestructura del país, que consiste en sus carreteras, presas, aeropuertos y sistemas de agua y eléctrica, necesita $ 4.6 billones de dólares de inversión para llevarlo hasta los primeros estándares del siglo veintiuno. Dieron el estado actual de la infraestructura del país un D +.

De acuerdo con el estudio de Tufts, muchas de las rutas costeras más afectadas por la congestión del tráfico podría eludir los problemas si se usarían los barcos. El transporte por agua es mucho más eficiente, más seguro y menos contaminante que el transporte por camiones. De acuerdo con Weitz, una derogación total de la Ley Jones es innecesario, y, dado el poder de los diversos partidarios de la ley, no es políticamente viable actualmente.

Pero una sola enmienda, permitiendo a las empresas estadounidenses comprar barcos en el extranjero, podría tener un impacto significativo. No hay restricciones similares en cualquier otra forma de transporte. Camiones y aviones que transportan la carga se compran regularmente de otros países.

Moviendo “camiones al océano” no es una panacea que va a resolver todos los males de tráfico de EEUU, dice Weitz. Sin embargo, dice que el grado en el cual se puede obtener que una parte significativa de ellos salga fuera de las rutas a de carreteras costeras, podría hacer una gran diferencia.

Es importante ver también la filmación en Youtube, con el tráfico en algunas carreteras estadounidenses, para ilustrar tales absurdos. (TRADUCIDO AL ESPAÑOL POR NUESTROMAR DE LOADSTAR)

10/08/2017

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