La hidrovía y el dragado que puede afectar a los puertos de Bahia Blanca y Quequén

La profundización del río de 34 a 38 pies podría eliminar el rol de completamiento que los muelles bahienses realizan a los buques cerealeros que no pueden salir con carga máxima desde los puertos del Gran Rosario.

La profundización del río de 34 a 38 pies podría eliminar el rol de completamiento que los muelles bahienses realizan a los buques cerealeros que no pueden salir con carga máxima desde los puertos del Gran Rosario.

La hidrovía es el eje que conecta este polo agroindustrial con los puertos de China, India y la Unión Europea, los principales mercados.

Si bien hasta ahora no existen novedades en torno a una nueva profundización de la hidrovía del Paraná, el lobby para lograr la concreción de una obra que podría perjudicar al puerto local sigue tan activo como antes.

La idea de empresarios y gobernantes apunta a lograr que la profundidad del río pase de 34 pies (10,36 metros )a 38 (11,58 metros) desde Timbúes (unos 40 kilómetros al norte de Rosario, hasta el océano Atlántico. Aunque no existe uniformidad de opiniones entre los especialistas locales, no son pocos lo que aseguran que esta obra tendrá un impacto negativo en Bahía y la zona.

Hoy, con un calado de 34 pies, un buque clase “supramax” normalmente carga en una terminal rosarina 38.800 toneladas de cereal y luego debe venir a Ingeniero White o Galván para completar el tope de 50.000 toneladas que puede embarcar.

Un estudio de la Bolsa de Cereales de Rosario estimó que en la campaña 2019, serán 562 buques supramax los que van a usar la hidrovía para cargar 21,8 millones de toneladas de granos. Con 38 pies de calado en la hidrovía, cada uno va a poder cargar 45.160 toneladas y no le convendría ir a completar a Bahía Blanca, ya que a pesar de llevar menos tonelaje se reduce el costo del flete marítimo por tonelada.

El estudio señala que serían 483 buques (79 barcos menos que con 34 pies de calado) los que irían al Paraná a buscar esos 21,8 millones de toneladas, al mismo tiempo que se evitaría tener que pagar los costos portuarios de acceder a Bahía Blanca.

Incluso, en el caso de los barcos Panamax, que cargan 75.000 toneladas, con 38 pies se necesitarían 461 buques en vez de 543 con la profundidad actual.

Impacto local

La Bolsa de Cereales de Rosario asegura que el proyecto no perjudicará los intereses de Quequén y Bahía, que según el estudio siguen elevando las cargas actuales y captarán las nuevas que surgirán del crecimiento en la producción de granos en su área de influencia.

Incluso señalan que habría mayor eficiencia, porque los buques más grandes podrían ingresar a los puertos bonaerenses y cargar cada navío en forma completa con mercadería de la zona. Sin embargo, resulta una realidad que la profundización de la hidrovía generará menos carga en los muelles bahienses.

Por ejemplo, hoy, con una bajante del río, tres pies menos de calado en el Paraná se traducen, directamente, en unas 8 mil toneladas más de completamiento, por buque, en los puertos locales. Además, sin una recuperación del ferrocarril en materia de cargas resulta difícil pensar en mayores volúmenes de cereales y, precisamente, desde la Nación se piensa primero en mejorar los accesos ferroviarios al Gran Rosario que a los muelles bahienses.

A la amenaza de la hidrovía deberá sumarse la nueva terminal de graneles de Montevideo, que sí servirá para realizar parte del completamiento que realizan Bahía y Quequén. En 2016, el 78% de las exportaciones de granos, harinas y aceites salió por el Gran Rosario, seguido por Bahía (11%) y Quequén (8%). (Adrián Luciani – LA NUEVA)

09/07/2017

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